Mentimos sin advertir las consecuencias. En el amor no somos, no estamos, no podemos. Hemos consentido que nuestros cuerpos se resfríen.
…
Me acechas cada día en la búsqueda de un error. Pues bien: ahora te lo regalo. Vete, que no quiero saber nada de ti.
…
Me espantas con pensamientos que agrietan mi estado de ánimo, que ya no ve lo que no quiere ver.
…
Me has llamado a tu vera, a tu regazo, a tu habitación, y yo me quedaré en el umbral con mucha paciencia.
…
Empezamos el frasco de las esencias y nos quemamos en la larga espera que no permite el control.
…
No tienes razón de ser. Hemos posibilitado una actuación que nos dirige con exaltaciones que nos hacen liderar los gastos con resortes imposibles. No iremos al otro lado de las pasiones heridas. Aquí nos quedaremos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario