Soñamos en el tránsito de una mañana a otra con un poco de conformismo. Nos tenemos para siempre.
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Hemos agotado los plazos con maravillas que sentencian lo mejor de lo mejor, que sigue ahí.
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Me permito estar entre tinieblas que me ponen en esa prueba que no define lo que ha de salir.
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Me entrego a pasiones que alimentan todo lo que pudo ser y no fue. Nos llamamos para concertar otra cita.
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No te quejes de lo que es. Nos hemos alimentado de pasiones que ahora otros disfrutan. Nos aconsejamos.
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Nos hemos permitido estar de nuevo entre consejos que nos previenen de pensamientos alocados.
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No te diré quién soy. Los instantes de antaño se han reducido y no queda mucho margen para la felicidad.
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Te adoro en tus justas formas, en lo que tienes, en lo que es ofrecimiento de pesadas facturas que nos agotan completamente.
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Entierras algún hacha de guerra que presenta el amor como consejo básico. No agotamos los plazos.
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Te has puesto en ese sitio que nos presenta el cariño como barrera inquebrantable. Nos lamentamos sin deber.
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Te pienso en esta nueva mañana que me da todo el juego del mundo. Estamos acercándonos a la perfección.
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