Acometamos nuestra historia

Pronto se podrá disipar la niebla que nos coloca entre vientos que nos hacen variar hacia rizos de poder callado. Las temperaturas nos queman, y tenemos que ser capaces de superar los golpes de una existencia que nos arranca el corazón.

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Es un deber acometer nuestra historia con el amor por delante. Citamos unas facultades que nos apartan de las tempestades que nos controlan cuando menos lo esperamos. No hacemos, ni estamos conformes. Nos responsabilizamos de una falta de libertad que hemos consentido.

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Me gustaría alcanzar un acuerdo que diera empleo a nuestros corazones para empezar a movernos en una noria que nos exprese el verbo amar debidamente conjugado.