Estás en lo absurdo, en lo que enloquece, en lo que me distrae con frecuentes luchas, con resoluciones ideales. No damos con la salida que nos hace abocarnos a la historia perfecta. Nos volcamos en asuntos que perecen, como nosotros.
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No me vendas esa película que me cierra los ojos con insensateces que postulan y que alteran los ánimos que nos invitaron a ser felices de verdad, un día y otro.
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Me haces caso con apetencias que me alteran los ritmos con alimentos que nos aclaran que todo tendrá un sentido en cuanto pueda ser, que será.
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Hago una exaltación que me deja con la limosna en la mano, con el corazón destrozado, con las apariencias engañosas.
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