Tenemos millones de preguntas que hoy no vamos a responder. Nos quedamos con la noria detenida, y apenas damos con sentimientos que nos aclaren las cosas.
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Hemos impuesto una novedad tras otra, y lloramos ante el silencio que nos contrata sin dar con las oportunas pistas. No patinamos: sencillamente caemos en ese fango que nos señala con descrédito.
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Estamos en el punto que nos adora con respuestas y con resoluciones que nos impiden navegar hacia el lado de la oportunidad.
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Me dices lo que piensas, y quedo callado. Hoy no quiero más sorpresas.
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