Me matas de amor: por el que me entregas en custodia sangrante, por el que me sisas en sueños comprometidos, por lo que viene y lo que va, porque no te entiendo, porque no sé lo que quiero.
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Hemos dado ese paso que era necesario para conseguir la libertad de sabores poco rancios. Hemos emprendido una actividad de varias sendas y confío en que no nos equivoquemos.
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Regresamos heridos de muerte en una agonía que no podremos soportar. Hemos conocido el amor verdadero, mas no hemos sabido fortalecerlo y conservarlo debidamente.
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Me sorprendes con esas ideas inventadas y trastocadas, diferentes cada día, que no permiten concluir hacia dónde debemos movernos.
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