Te toco la mano, y soy dichoso. Miro tus ojos y no necesito más. Me has enseñado a ser sincero, y eso es algo extraordinariamente hermoso, además de admirable. Tus dones lindos me llevan a una placidez absoluta.
……
Compro y vendo, y soy en el trasiego de unas mercaderías que no me hacen más persona. Vivo las incoherencias, los desastres de unas existencias que no se comprenden. Nos queremos con rarezas que nos corrompen. La vida es más sencilla de lo que parece. No obstante, nos empeñamos en cuestionamientos que se repiten más y más.
………
Voy a ser más tranquilo. Me tomaré los eventos con calma. No preciso muchas materias para ser feliz. No lo es más el que más tiene, sino el que menos necesita. Aunque es una gran verdad, necesitamos recordarlo.
………
Te aguardo cada noche en mi lecho, y tengo fe en que los sueños se hagan realidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario