miércoles, 13 de agosto de 2008

La tierra nos despierta

Hemos aspirado
el aire que fue paño
con el que quitarnos
el sudor,
con el que apartar
las penas duras,
con el que encender
el entusiasmo ferviente
de un cielo embriagador.

Somos en la tierra
que nos despierta
con unas insinuaciones
que liberan
cualquier pensamiento flojo,
que agarra
lo mejor de sí mismo.

Hemos liberado
la fuerza amorosa
de unos volcanes silentes,
dormidos en la acritud
de una tierra
que se ha vuelto fértil vergel
en la noche con Luna.

Pedimos treguas
para querernos,
para inventarnos excusas
con las que advertir
lo que es lenguaje
y derrota de palabra.

Imaginamos más,
aunque lo material
sea menos.
Somos ricos en salud
y en amor.
No haremos la pregunta
porque ya sabemos
que no precisamos más.

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