miércoles, 27 de agosto de 2008

Un alma desgastada

Aspiro tu aire y sano de cualquier patología. Has sido y eres mi cura total.

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Me estropeo con la mirada que me torpedea el alma desgastada. Aguanto lo que puedo, y quizá un poco más.

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Hemos supuesto que podríamos volver, y hemos vuelto con intereses que recrean los elementos más preclaros de una vida que nos atiende con respuestas ya dadas.

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Hablamos de ser, de regresar, de entendernos con el paso de un tiempo ya medio muerto, casi corrompido por el agotamiento de lo más querido.

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