Busquemos la voluntad de las partes para dar con las panorámicas que nos deben hacer vivir en las raíces de los problemas, para poderlos solventar mejor.
Aguantemos las situaciones de desierto para esperar la bondad del maná del mañana, con el que hemos de alimentar a nuestros hijos y seres venideros.
Nos debemos mostrar con cautela pero abiertos al riesgo del conocimiento. Las inteligencias y las buenas personas discurren por doquier, y hemos de procurar sacar un buen provecho del mejor azar, que ahí está.
Tomemos en la disparidad el mejor criterio con el propósito de superar los golpes que a menudo nos traslada la vida con enterezas que no siempre formulamos ante las variables consideraciones vitales.
Nos proponemos sumas que son estimulantes caricias con las que podemos cabalgar hacia el punto de la novedad, que siempre nos puede regalar un viento favorable, en el que hemos de creer. Juntemos los sueños, con sus ideas, con sus baños de humanidad, con sus aprendizajes, y veremos el milagro de la comunicación.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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