jueves, 25 de agosto de 2011

Búsqueda de criterios y razones

Resolvamos lo pendiente. No vivamos con lastres. Neguemos lo negativo, y afirmemos lo positivo. Todo se ha de basar en la confianza, que es el cimiento para proseguir, para no negar, para que todo se disponga bien, con fortuna, con ganas, con labores bien hechas.

Fortalezcamos las impresiones óptimas y no recordemos los malos momentos, los malos hechos, las circunstancias menos edificantes, siempre con la idea de mantener la ilusión para lo que vayamos a hacer. Es más: si algo pernicioso nos paraliza, que nos sirva, más bien, para que no vuelva a suceder con la misma intensidad.

Procuremos añadir a los espacios reservados para la intelectualidad de modo que nos hagamos caso desde el raciocinio permanente, gozoso, propio de los tiempos en los que podemos y debemos actuar para que los vienen tengan un sustento más que suficiente.

Obremos con eficacia, con responsabilidad, con dedicación, entre cercanas actitudes de una paz que debe ser exponente de las grandes opciones de la vida, con las que alimentaremos nuestros deseos de saber y de estar sosegadamente.

Los botones de los hábitos los vamos colocando poco a poco, día tras día, en la idea de dar con el volumen global de las consideraciones especiales, con las amistades más estimadas. Hemos sido en esos lances que, finalmente, nos han dejado en el más deseado de los mundos. Nadie debe decir que no intentamos una buena comunicación, la mejor posible, con todas nuestras fuerzas, sin ideas a priori, con la honestidad de que todos podemos ser en la búsqueda de criterios y de razones.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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