jueves, 18 de agosto de 2011

Cruces de mundos con la comunicación

Debemos mostrar los éxitos personales, los íntimos, con el fin de agarrarnos a lo que verdaderamente tenga sentido, que no todo lo tiene o debe poseerlo.

Exploremos por los recovecos de las actuaciones de quienes vuelven con el deber cumplido. Intentemos ser como ellos, para aprender, para secuenciar las rutinas y que no lo sean tanto. Hilemos con el mejor fin.

Detectemos lo que nos ocasiona pereza e intentemos mantenerlo lejos. No localicemos todo, pues no nos hace falta. La paz y la dicha surgen del día a día con sus telas más bonitas, que hemos de vestir.

Los besos de las palabras nos hacen cómplices en positivo de cuanto puede suponer un ambiente agradable para que no haya aplazamientos sino garantías de que las cosas pueden operar relativamente bien.

Dejemos que los mundos se entrecrucen con el valor de los términos que pueden ser cíclicos comienzos por obra de esa comunicación a la que nos debemos. Implementemos la existencia con buenos momentos. No son tantos, pero pueden serlo.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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