Diviso la vida con más vida, y soy en ella con el reflejo comunicativo más hermoso, que nos debe dar la voluntad más linda.
Nos hemos de hallar en ese cobijo que nos pretende con sus círculos concéntricos, con las eras que fueron y son en las noches de los tiempos pretéritos, hoy más cercanos.
Nos debemos acercar a las premisas que nos corrigen, que nos hacen mejorar poco a poco, sin lentitud extrema, dando y recibiendo en el orden mismo que nos hemos propuesto. Consolidemos cada día lo que tiene un interés real.
Aceptemos los pronósticos con todas sus dudas y deudas, y propongamos salir del vacío, que nos puede hacer eternos. No rompamos el molde de las cosas que funcionan, que, si no somos nosotros, otros podrán sacarle ventaja.
El provecho societario es lo que queda, con testigos y sin ellos, con nombres o de forma desconocida. Lo importante es que la huella permanece, y más cuando tras ella, en ella, delante de ella incluso, nos regalamos una estupenda comunicación.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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