viernes, 26 de agosto de 2011

Comunicación espiritual e intelectual

Resolvamos los deseos con más equilibrio, buscando dar con esos tonos que nos deberán permitir avances gloriosos. Nos hemos de sentar a la diestra de unas emociones que nos harán concluir en esos lares tan lustrosos, largamente deseados.

Nos fomentaremos el gusto con más aires de libertad. Nos hemos de sentar a la mesa de la verdad perseguida con quehaceres que hemos de considerar básicos. Nos hemos lastimado en las noches que nos rompieron con expectativas laceradas.

No perdamos las emociones, que han de suponer correntías hacia el valor supremo, que será la amistad desde el amor compartido con dones infinitos y con los amigos. Nos hemos de ayudar todos los días con menesteres maravillosos. Asomemos por la ventana de la docencia.

Juntemos los buenos anhelos desde la libertad que da el asumir los trances con arreglos conformados con sinceridades y quehaceres basados en la esencia de la libertad, de las capacidades solidarias.

No solventemos el mundo en un santiamén. Confiemos en el tiempo, en la participación de todos, en la colaboración de incluso los que no conocemos. Amemos por encima de todas las cosas, pues este sentimiento ahuyenta rencores y nos hace superar los golpes que, de vez en cuando, nos brindan las circunstancias, que, hablando, con comunicación, con comunión espiritual e intelectual, se pueden, como decimos, sobrellevar.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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