Te mando un beso, y soy una persona. Has rescatado mi humanidad desbrozando un destino que permite que descansemos. No me voy a mostrar pesaroso. Estamos influidos por un destino universal que destaca lo autóctono. Somos fuertes.
…………
Nos hemos superado con este amor que nos aconseja. Nos damos la divinidad de lo genuino. Somos auténticos, más, el todo y la nada. Nos invitamos a descubrir la realidad de lo justo.
…………
Volvemos con resoluciones que nos liberan de cualquier mal. Nos hemos emparentado con el equilibrio de una situación irrepetible. Buscaremos formas para contemplar la paz, e incluso para saborearla. Tengo hambre de ti, como tú de mí: sabemos como saciar este apetito.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario