No me provoques con indisposiciones, con solturas locas, e intenta darte cuenta de que no volveremos a estar en este presente. Te miro y te sonrío casi como hice ayer.
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Me molestas con esas dobleces que nos despiden con rastros de poder y con pedazos de la nada. Me puedes, y lo reconozco.
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Regreso impoluto a ese origen que todo me lo otorgó. No sé si mereció la pena. Éste es un día de dudas.
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Bésame y sáname como mejor sepas, que el resto lo pondré yo.
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