Me voy deprisa en la huida hacia es tono que nos adormece ante la desazón de un puro cambio que nos rodea sin que planteemos batalla.
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Nos entusiasmamos con todo lo que hacemos, que no es ni poco ni mucho. Repetimos en algunos casos.
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Adoramos las emociones que nos ponen equidistantes de las soluciones de unos problemas que son comunes.
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Iremos a contabilizar todo lo que tiene algo que mover. Iremos a tocar ese fondo con sus formas dependientes.
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Hemos soñado con esa paz que nos haga ser acreedores de un verdadero amor. Nos informamos de qué hacer.
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Nos hemos puesto a correr sin un sentido y sin una dirección. Pasamos de la gloria al puro deseo.
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Hacemos caso omiso cuando hemos de defender lo mejor de un amor que hemos descubierto por casualidad.
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Tenemos por delante todo un desafío para salir con bien todo el tiempo que haga falta. Te adoro.
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Nos predisponemos a soñar con ese anhelo que nos pone ya fuera del contexto en el que fuimos recuerdo y un poco más.
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Te has adueñado de una salida para ser feliz sin un justificante pleno. Nos damos un poco de buen humor, que buena falta nos hace.
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Hablamos de tocar ese sueño con un poco de idea de las cosas. Hablamos de ser y de entender todo cuanto ocurre. Haré de ti lo que tú has hecho de mí, una persona feliz.
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Juntamos la armonía con el buen aroma que nos pide la pasión como premisa hacia lo infinito.
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Hemos aborrecido la voluntad que nos separa. Nos estamos cansando de esperar esos milagros que nadie nos regala.
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Nos esculpimos una nueva mirada que nos invita a ver todo lo que sentimos. Nos acostumbramos a tocarnos.
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Nos ponemos en guardia ante las calladas que nos acompañan como respuestas únicas. Nos bendecimos.
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Hemos acudido a una serie de peticiones en las que seremos lo que haga falta. Nos dedicamos una gran verdad.
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Pensamos en tener todo lo que es preciso. Nos hemos agarrado a las caricias de otros instantes.
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Pedimos una prórroga en la carencia más dudosa. Nos consentimos casi todo. Hemos acudido a la certeza.
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Nos pensamos en la noche que es de cuatro tiempos y medio. Nos acuñamos otras estampas.
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Te pienso en la oscuridad sin luna que nos pregona algunas certezas que hacemos nuestras de par en par.
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Te imploro tener un poco de suerte. La seriedad de otros instantes se mofa de lo que fuimos.
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Acudo a ti sin rodeos. Hoy estamos hechos para no movernos ni un ápice de las posiciones de amor que nos hemos ganado.
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