Nos dejamos engatusar por la frescura del momento, y nos callamos. No somos los elementos que podrían ocasionar un cambio radical en nuestras vidas. Sabemos donde estamos, y nos enseñamos con respuestas de voluntades no reprimidas. Nos dirigimos al otro espacio.
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Hemos dejado en el tintero un montón de promesas que no han surtido efecto. Las esperanzas se han quedado sin radiografías. Es mejor no mirarlas.
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Nos inclinamos ante las buenas gentes que nos proponen ser, y somos con molestias que no son cómodas. Hemos liberado una energía que nos desgasta.
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Pagamos por adelantado lo que no vamos a tener, y lo sabemos. Hay mucho que contar.
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