Descubrimos cada día, si vamos con los ojos bien abiertos. Somos entre las destrezas de los demás, sumando, añadiendo los espacios que nos complacen.
No debemos detenernos por fracasos. Ocurren todos los días, y todos los días hemos de aprender de ellos. Tomemos el tiempo que sea preciso para animarnos. Las cuestiones de antaño han de añadir espacios de instantes superados. Juzguemos con criterio.
Comuniquemos los arreglos ante el vacío de la existencia, que nos propone magistrales palabras con las que sugerir imprecisas dudas que han de disiparse con la comunión social.
No nos escudemos en el tiempo, en las inercias, en lo que dicen, en lo que decimos. La dinámica ha de ser real, buscando las consonancias, abundando en lo que nos une, dejando a un lado lo que entorpece la calidad de las cosas. Hemos sido con reposiciones de unos aciertos que hemos de repetir y superar.
Las virtudes existenciales han de referenciar las corrientes de información y opinión, que han de mamar de fuentes diversas. Podemos juntar muchas intuiciones, podemos unir multitud de criterios. Si nos escuchamos, si sabemos renunciar, seguro que podremos. La vida es eso.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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