Conozcamos las labores que merecen la pena. No dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy. Las determinaciones influyen, sin duda, en los resultados.
Hagamos halagüeño lo que no lo es, o no lo parece. Sintamos las preferencias como esos tonos que nos deben procurar aspectos más salubres. Luchemos por ellos.
Aceptemos los desafíos diarios sabiendo que no siempre se puede ganar, ni se debe. Aspiremos el aire que nos ha de dar las señales con vida real.
No pensemos en las noches agrias, ni en los días sombríos, salvo para aprender de su experiencia, y sentemos las bases de unas caricias que han de superarse con el mejor de los propósitos.
Las ilusiones ayudan a salir adelante. No paremos. Tampoco hace falta que aceleremos. Las cuentas salen cuando llega su momento. No airemos sentimientos que nos debiliten, pero tampoco nos escondamos. Somos como somos. Practiquemos la prudencia y mostremos a las amistades que no todo es fortaleza, ni tiene por qué serlo.
Las simpatías de otras instancias nos deben permitir salir con una voluntad silente, presta a que todo vaya en la dirección más estimulante. Tengamos una buena mirada comunicativa, y seguro que daremos con hechizos que nos conectarán.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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