martes, 9 de agosto de 2011

Interpretar las circunstancias

El amor ha de atraer a los iguales, entre los que nos hemos de disponer con cultura y buen hacer. No resumamos todo, o corremos el peligro de entender lo que sucede.

Acometamos las reformas que sean necesarias para que triunfen los buenos actos. Vibremos con quienes saben de nuestros azares. Nos hemos de conformar como lo que somos, claros expedientes en un trayecto de pertenencias cultivadas en la unidad.

Terminemos con coraje, con buenos momentos de felicidad, con expresiones de caricias, con impresiones no impertinentes. Hemos de agotar las opciones para iniciarnos por el lugar más adecuado.

Planteemos los anhelos con el fin de sustentar la libertad en plazos cómodos. Las direcciones se han de tomar con una fortaleza querida, estimada, casi única. Turnemos las sensaciones con una determinación constructiva.

Toda claridad es poca cuando ansiamos dar con las calidades que nos han de prestar los apoyos intelectuales, anímicos y profesionales que sean menester. La vida es caminar, y eso supone valentías que no siempre se pueden explicar con verbos y palabras de múltiple uso. Las circunstancias las hemos de saber interpretar nosotros mismos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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