lunes, 8 de agosto de 2011

La justa medida comunicativa

Auspiciemos las mejores acciones, ésas que justifican todo cuanto tiene lugar a nuestro alrededor.

Terminemos esos procesos que no aportan y hagamos caso a aquellos otros que nos dirigen la mirada con una actitud más agradable.

Sepamos de nosotros mismos, de nuestros objetivos, de lo que hacemos, de lo que deberíamos realizar para ser un poco más dichosos.

No respondamos antes de conocer lo que somos capaces de efectuar. Las posturas de antaño nos deben servir con la franqueza y la solidez más lindas.

Consultemos a nuestros corazones sin dar rodeos a la hora de enfrentarnos a las decisiones que precisamos en la larga búsqueda de la felicidad. Lo que fue hace tiempo puede volver a ser.

Los instantes divinos se pueden encontrar en la tierra, si nos convencemos a nosotros mismos de esos valores e índices que nos pueden plantear equilibrios y buenos quehaceres. Hagamos caso a nuestro interior con la fuerza espiritual que podemos potenciar con conocimiento y espontaneidad. La justa medida comunicativa es una gran fortuna.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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