Soy un proscrito que amenaza con venir y sucumbir ante una batalla que inexorablemente acabará en derrota. Soy un inocente reo de guerras y de sangres que pensaron que el mundo podría cambiar. Soy la nada en el desierto que, con el tiempo, nadie recordará. Lo peor de todo es que tú, cielo, me ves también así.
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Las escuadras nos encierran con misterios de sensaciones inermes. Nos lanzamos en busca de un estilo de vida que nos proporcione más placer. No será. El enfado se pasará, pero seguirán las circunstancias.
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Me planteas unas emociones que nos escurren la vida hasta extinguirla mientras seguimos caminando. Todo es un desastre, y quedan los ecos de un volcán.
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Me gustaría que estuvieras aquí, pero no: de ningún modo.
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