Provocaciones

Sueño con esa noche de pasión en la que fuimos la escena inolvidable de una película de anónimos protagonistas. La versión es irrepetible, incluso para mí, que a veces dudo de que yo existiera en ese lugar, a esa hora, en ese recóndito planeta de la felicidad.

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Me provocas con esos labios que me dicen lo que quiero oír. Me confirmas lo que pienso, lo que hago, lo que subrayo, y no podré jamás olvidar lo que me haces experimentar. Sigues siendo la diosa de un Olimpo que nadie conoce; y creo que es mejor así.

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Te busco entre elementos que se confrontan para resolver lo que no tiene respuesta. No estamos convencidos, y lo sabemos.