martes, 8 de julio de 2008

Al rey de mi gozo

No mires para otra parte, cariño, no te me enfades, que todo lo hago por tu bien. Quiero tu felicidad. Duerme mucho, hazlo en paz, que tus padres velan por ti durante una eternidad. Come mucho, come bien, que, si así te nutres, fuerte te encontraré. Mira aquí, mira allá, y de este modo tu aprendizaje llegará. Ten en cuenta mi ejemplo, pero intenta ser más, que yo soy poco para lo que tú serás. Sea como fuere, nadie te amará como yo, que te miro atento y te doy mi intención. Fíjate en tu entorno, que se adapta a ti: quiero cuanto te rodea que tiene su fin. Tus objetivos se han de basar en el amor, en el que te tienen, en el que tú ofreces, en el que te regalo yo, que será un modelo que deberás multiplicar, porque, si tú quieres, darás más y más. Te visto por dentro y te visto por fuera, y espero no equivocarme ni en casa ni en la escuela, donde aprenderás a ser persona, a ser natural, a colaborar con todos y a cosechar la bondad. Te beso en la frente, y te beso en la cara, y todo te doy con un firme recorrido por una piel que considero mía para envolverme con su fina “tela”, que me tapará y que me hará volar hacia un mundo nuevo donde ya eres mi rey. Aprende mucho amor, que tras de ti va de nuevo mi gozo.

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