domingo, 20 de julio de 2008

Cosechar fuera de temporada

Creo en ti, en todo lo que supones en este nuevo día que llega de la mejor manera posible. Siento un poco todo.

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La existencia nos torpedea con razones que nos apartan de los corazones alados. Nos soñamos.

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Hemos cargado en exceso y nos hemos ido con músicas que ya no ven las partes de antaño. Pedimos más.

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Hemos arrimado ascuas a sardinas con reglas y criterios de pensamientos solitarios. Nos calmamos.

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Hemos impuesto registros de pensamientos torpes. Nos damos más, un poco más, mientras nos tocamos.

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Hemos supuesto que todo podrá ir tan bien como queramos. No siempre es así, no siempre podemos de ese modo.

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Nos vamos con prisas, con demoras, con frenazos, con aceleraciones, y pedimos, y soñamos, y nos recordamos.

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Hemos repuesto el ánimo con una voluntad que nos atiende con resortes y reformas de los espíritus.

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Nos veremos con otros modales. Nos hemos colocado en una buena posición de salida, y hemos pedido más.

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Nos rehabilitamos para soñar con los buenos momentos, que los tendremos sin dudarlo. Nos ponemos de nuevo en marcha.

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Tecnificamos una sociedad que solicita mejoras. Nos solicitamos un poco de buen humor.

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Hemos vuelto la cara hacia ese lado que nos saca del campo de la penumbra. Nos acabamos.

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Hemos terciado en un instante de poder. Nos hemos superado con una vehemencia de sueños rotos por el camino más largo.

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Hemos puesto el deseo en el corazón ajeno, y nos hemos quedado con los ojos sorprendidos por la marcha presurosa.

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Nos cansamos de esperar. No somos los de antaño. Hemos consentido en exceso. Rondamos.

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Salimos a ver lo que ocurre. Las educaciones de otras etapas piden más y menos. Estamos.

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Hemos sacado ese rostro que fue singular querencia o imagen de ella. Nos sentimos confusos.

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Vamos a rescatar ese mundo de sueños que nos dieron columnas de paciencias rotas por cientos de pasatiempos.

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Nos hemos subido a esa noria que nos relaciona con la sensación más rara. Iremos a turbarnos en exceso, y eso suponemos que no es bueno.

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Nos hemos ubicado entre pensamientos que en otros momentos corrigieron las inquietudes de posturas dichosas.

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Podemos contarlo todo de cualquier modo. Las medidas nos acercan a las costumbres de otras eras.

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Vienen esos aspectos minimalistas que nos corrigen los deseos de escapar hacia los límites de otros fracasos amorosos.

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Hablamos de ser, de poder, de estar, mientras apagamos la virtud con una sensación que pudo ubicarse en los parámetros normales.

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Hemos predicado en una nueva era de paciencias dichosas. Nos dedicamos a acertar de cualquier manera.

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Descansamos ante las novedades de un destierro que nos podrá. Hemos sido muchos y pocos casi al mismo tiempo.

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Aligeramos los complementos que nos inclinan hacia ese lado que fue todo y nada en paralelo.

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No hemos colocado el buen humor en ese sitio de impacientes dichas. No seremos los mismos.

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Nos hemos enseñado a ser nosotros mismos con conocimientos más que destacados. El corazón no engaña.

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Nos hemos recordado unos increíbles espantos de neblinas y caricias. Nos reiteramos el empeño y el esfuerzo.

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Nos vamos hacia ese mundo del que vinimos con tiento y llorando. Nos marchamos. Ya no podemos pensar en otra cosa.

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Negamos las convicciones de quienes pensaron que las restauraciones fueron las causas de cientos de espacios reclamados desde la solvencia menos entendible.

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Vamos hacia instantes de poderes escuchados con un comportamiento que resopla. Miramos, nos ocultamos, estamos.

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Influimos en el ánimo ajeno con una norma que espacia cuanto hemos entendido. Nos vamos con mucho deseo.

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Hemos aprendido a sentir que las cosas están donde deben. Siento que no se solucionen de buenas a primeras.

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Te diré que somos espacio infinito con el recuerdo de un deseo de paciencia noble. Nos tocamos.

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Iremos hacia esa razón más que notable. Nos dedicaremos a soñar sin crispación, buscando lo que podríamos ser.

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Te diré que estamos de acuerdo en casi todo. Las molestias nos han respondido con mucho y buen estado de ánimo.

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Gobernamos ese espacio que nos influyó de la mejor manera posible. Estaremos en otro lado.

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Reclamamos las expresiones que nos dieron ese itinerario que podremos compartir con la negatividad de otros instantes.

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Hemos sido en un nuevo pasado que será presente con el anhelo de paz. Lo posible sigue permaneciendo ahí. Estamos siendo atraídos.

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Imaginamos que podemos con el pasatiempo más entretenido. Nos configuramos como presente y futuro.

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Hemos comunicado todo lo que sentimos. La vida es lo que es en un nuevo trayecto que nos hace vivir con sensaciones de ocurrencias variadas.

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Ganamos y perdemos con insinuaciones de pacientes luchas. Hemos buscado el éxito en ese otro lado que fue lo que quisimos.

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Mendigamos un esfuerzo mayor. Hemos sido con un compromiso de penitentes desdichas. Las estrellas nos iluminan.

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No podremos hablar en otro lugar. Las cosechas de espacios inertes nos quitan casi todo con empeños que no vamos a contar.

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Hemos ido a tratar de rescatar lo que fue ilusión y puro deseo. Nos convocamos para cambiar, para ser.

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Personificamos los aspectos más ciertos con unas cuentas que nos ponen en un entresijo más inquietante.

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Te cuento que soy y por qué, y me asomo a ese corazón que se mofa de las experiencias quietas.

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Te has quedado con el buen humor de antaño y presta a huir con una suerte de desdenes. Te pienso mucho.

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Hemos ahumado el destino que pudo ser de otra manera. Las posibilidades nos influyen con sus porcentajes e incrementos.

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Hemos aburrido a nuestros corazones, que ya no miran como antes. Nos hemos enseñado a amar.

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Las correcciones de los años mozos nos han ocultado el buen espacio en el que nos movimos.

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Hemos validado las incógnitas con apreturas que no vamos a referir. La vida es como es: no podemos combatirlo todo.

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Ganamos con aspiraciones de sueños diversos. No podremos dejar que las cosas se nos vayan de las manos. Parecemos.

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Las insinuaciones de los años más queridos nos influyen con maquinaciones que despiertan los buenos intereses.

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Salimos a contarlo casi todo. Hemos estado bien. Las rectas nos ocultan los lugares que querríamos visitar.

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Pensamos en tocar otras melodías. Nos traspasamos los corazones. Hemos servido a las buenas morales.

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Los hábitos nos enseñan a tomar en consideración recetas de encorsetadas astucias. Veremos lo que sucede.

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Hemos enseñado los elementos de las carencias más queridas mientras nos topamos con las medidas que fueron facturas a mitad de camino.

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Nos buscamos como si fuéramos esos perfiles de sueños diversos. Entenderemos todo, o casi.

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Las cosas son como son. Admiten más, y lo sabemos, pero no podemos cosechar, y lo sabemos también, fuera de temporada.

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