En el orden correcto

Mistificas las razones que se convertirán en asuntos de un estado que conformará los nuevos potenciómetros del corazón.

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Me dispones en un reciente afán que me hace predicar con claros ejemplos. Quedo a tu vera, a lo que digas.

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Me has comunicado un amor que me despertará a la menor oportunidad. Te diré que me vale, que lo pienso, que lo deseo.

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Te colocas entre provocaciones de entusiasmo nada relativo. Te pones a dibujar explicaciones que no atiendo.

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Te muestras con una debilidad que me plantea ir y volver como si nada. Te diré que sí es. Vale todo.

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Me has presentado una emoción que disciplina todo cuanto somos. Nos hemos impuesto algunas reglas que servirán para defender nuestra estimación.

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Me propones volver a ti como si nada hubiera ocurrido. Puede que sí y puede que no. Nos despertamos.

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Me insinúas que podremos arreglarlo todo. Así será si disponemos los mensajes en el orden correcto.

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Aclamamos una reforma de espacio para arrancar las espinas de un malestar que ya no sangra. Nos estamos curando.

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Reconoces donde estás a partir de paciencias que nos convencen de lo que podemos ser. Nos respondemos con mucho amor.

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No te creas que no te quiero porque no nos contemos lo que sentimos. Estamos empatados a mucho amor.