No valen exigencias. No me escondo: sabes donde me puedes encontrar. Tú te fuiste, y está en tu voluntad la decisión para restituirnos a una situación que volviste inestable. En todo caso, lo que ha pasado no ha quedado en el vacío; y no olvides tampoco que jamás las existencias siguen igual. Los grados han subido mucho, y ello tendrá su repercusión. No obstante, te expreso mi deseo de contribuir a unos recuerdos que podemos y debemos sacar del cajón del olvido. No reclames con vehemencia, que de este modo no llegarás donde quieres, ni yo tampoco.
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Me doy a la fuga para no verte, para no sufrir, para no tener que entender lo que no esconde ni un asomo de sentido. Me marcho sin avisos, sin dejar notas, y sin mirar atrás.
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