jueves, 10 de julio de 2008
Feliz de verte
Te miro a los ojos, y veo en ti a ese joven que un día fui. Te miro y me observo: me encantan tus evoluciones, tus fines, tus ganas, tus deseos, tu efervescencia, tus capacidades, tu falta de miedo, tu interés desbordante, tus alegrías, tus buenos propósitos, tu magnifica fe en el ser humano, tus esperanzas sin cansancios, tus cánticos, tus "marchas", tus vehemencias, tus significaciones, tus silencios, tus aires, tus ingenuidades, tu bravura, tu inagotable energía, y todo lo que me procuras, que parece infinito. Te contemplo detenidamente, y soy dichoso porque sé positivamente que alguien sigue la estela que nunca debí dejar. Muchos sentimientos que profesé han crecido en la sementera de la vida: lo importante ya no es si lo han hecho gracias a mí; lo relevante es que tengo el convencimiento pleno de que jamás se extinguirán. A ti te veo, y me veo a mí, y soy feliz, muy feliz, amiga mía.
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