Me falta más que a ti

Me quedo aquí, esperando el milagro de tenerte, de poseerte de nuevo, de ser más tuyo que nunca, de depender de ti en mi totalidad.

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Me agrada el resumen que me haces de la cordura que ya no tengo. Me pongo a soñar, y ya veremos lo que queda.

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Tornamos con un poco de alegría en busca de emociones sinceras. Terminamos tal y como empezamos. Nos dedicamos a ser nosotros, y con mucha honra.

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Presentamos unos respetuosos deseos que anulan cualquier espacio y desánimo. Nos producen deseos de apartarnos.

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Somos trovadores con corazones sin conciertos. Cantamos sin el suficiente consenso exterior para abaratar las penas.

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Economizamos las horas bajas con unas apuestas sombrías. Nos hemos puesto una medida de sensaciones claras. Volvemos.

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Hemos mirado con un cierto espanto el futuro que no terminamos de ganarnos. Escribimos con un sí.

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Disparamos con una cierta santidad que me ofrece una burla con resortes callados. Iremos a vernos y a felicitarnos. Terminamos.

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Hemos reconocido una mayoría de edad que estalla con una fuerza muy alegre. Nos insinuamos el deseo de volver.

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El precio que pagamos por tanta autonomía se llama soledad. Ya no estamos en forma. Ultimamos unas ciertas previsiones.

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Recurrimos a unas batallas que clarifican las ejecuciones de unas confianzas determinantes. Nos volvemos con cuentas que no salen del todo. Nos enmendamos. La voluntad de cambio está ahí.

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Exigimos unos lugares de atenciones rectificadas. Nos ponemos de común acuerdo con gastos que nos aclaran qué hacer y qué no.

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Nos abstenemos con situaciones de factura y catadura moral más que fiable. Nos ponemos a decir que todo es creíble cuando hay modos y maneras suficientes.

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Abrimos el pan del concierto con una mirada de creencias posibles. Iré a no decir nada. Te cuento que sí.

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El no me vale con una interioridad que me puede impedir estar en lo básico. Nos ajustamos a las ocasiones que nos vienen.

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Nos premiamos con características que nos vuelven un poco más inteligentes. Las influencias nos sugieren un poco menos.

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Hablamos del sí que es fórmula de sensaciones sin números. Nos caemos, pero hallaremos fuerzas para volver a levantarnos.

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Te invito a ser yo. La música puede ser un acicate que anunciará el afán con restos de inocencias. Nos devolvemos a imágenes considerables.

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Soluciono casi todo con una envoltura que hace resonar tu nombre. Te sueño. Eres mi preferida. Espero que tú también me veas así.

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Te quedas con obtenciones poco claras. Nos lanzamos a una liga de deseos que anunciarán los mejores cargos. Nos domesticamos.

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No tenemos la suficiente esperanza para volver por esos fueros que nos detienen a la hora de tomar decisiones.

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Estructuramos las pérdidas con unos carteles donde escribimos nuestros nombres con una cierta ansiedad.

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Espero que la voluntad me lleve donde más quiero. No te pido mucho, pero sí insisto en una segunda oportunidad.

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Los planteamientos iniciales se han vuelto contra nosotros como un enjambre de necesidades que anularán todo cuanto somos.

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Apuntamos la brevedad de una aparición que compra y vende con frecuentes pérdidas de amistad.

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Te tienes que ir y que volver con una pretensión que será recuerdo. Nos ponemos en marcha.

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Te diré que vale, que es, que podemos, y así será en un nuevo anuncio de pertenencias queridas.

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No te voy a contar lo que siento, que es mucho. Me da pena pensar que no hemos sido capaces de sostener tanto sentimiento.

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Lo bueno nos despide del afán de gratos recuerdos. No podemos vivir en la permanente fuga quebrada.

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Te me pones en ese sitio que es grado y amistad profunda. Nos insistimos con unas idas que son vueltas con pretensiones de factura diversa.

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No te puedo contar todo en este puro desánimo que ahora nos embarga. No cambio ni mucho ni poco.

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Aparezco con un cartel donde te regalo lo mejor de mí. No te miro bien. Ya estamos un poco ansiosos y hasta cansados.

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Te pones a bromear con una figuración más que real. Te sé mía. Hemos creado una textura que nos servirá de colchón, del mejor colchón.

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Afinamos en una primera instancia que nos abrillanta el corazón. Descubrimos quiénes somos.

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Te aseguro un terreno que falta con el paso de un tiempo sin dicha. Ya estamos escribiendo quiénes somos.

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Te has vuelto para mirarme, y ahí he visto que algo nos falta a los dos. A mí supongo que más.

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No sueñes con ir, con volver, con ser tú de otra manera, que entonces me quedaré alejado de mí mismo.

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Te pones en una broma permanente que nace y crece con un entusiasmo relativo. Te tengo muy cerca.

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Me abrumo con un resorte que traspasa algunas fronteras. No iré donde quiero. La vida es un poco menos de lo que pensamos, pero que ofrece mucho más de lo que vemos.