martes, 1 de julio de 2008
Mi recompensa
Nuestra relación es “sólida”. Nadie puede interponerse. Estamos en días favorables para desarrollar la armonía. Seremos generosos y tendremos cuidado con las “malas corrientes”. Se ha acercado el gran amor, el nuestro, y no lo vamos a dejar pasar de largo. Hemos vivido meses apretándonos el cinturón, pero ahora nos podemos relajar y respirar un poco. Nos hemos apuntado a una actividad calmada, y la disfrutamos de veras. Hallamos tiempo para nosotros: eso es lo que más nos vale. Me estás demostrando más cariño que nunca. Combatiremos cualquier fuente de preocupaciones o de inquietudes. Cuidaremos los pequeños detalles. No vamos a despilfarrar lo que tenemos desde la prepotencia. Con un buen masaje, el que nos damos, se pasan todos los dolores. Los ángeles están de nuestra parte, y los aprovecharemos. Estamos complacientes: en estos momentos contamos con muchas energías. Nos precisamos y nos mimamos cuanto haga falta. Desarrollaremos buenos hábitos que nos darán orden y satisfacciones. Nos haremos un préstamo a mil años, o, mejor que eso, a fondo perdido. Negociaremos solo mejoras, que nos multiplicarán a todos los niveles. Nos uniremos, nos juntaremos, nos sujetaremos con nudos y con ligaduras. No perderemos ni los ánimos, ni las fuerzas, ni el vigor. Volveremos una y otra vez a arar nuestro territorio para que, una vez abonado, brinde suculentos frutos. Somos instrumentos fabulosos de convencimiento. Removemos los espíritus para saber lo que llevamos dentro: lo fomentaremos hasta una línea que se pierda en los confines del universo creado e inventado. Vamos a empeñarnos, hemos de perseverar. Continuaremos las seducciones hasta que nos hartemos, que no nos cansaremos. Eres mi magna figura, mi fortaleza en este mundo real. Todo tiene una recompensa cuando te advierto a mi lado. Tus formas sensuales y tus colores luminosos me alegran este universo que es tuyo, más tuyo que nunca. Claro que sí.
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