Mientras nos amemos…

Subimos los grados de una relación que quita todas las barreras del mundo. Superamos este desamor.

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Nos incorporamos para ver la salida de una intervención manchada de problemas. Frustramos todo.

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Vemos que podemos, que tenemos, que estamos, que estiramos la realidad con una mínima mañana que retiene los buenos deseos.

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Intensificamos las relaciones en las que creímos durante un tiempo. Soñamos. La vida es como la hacemos.

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Buscamos la fuerza de un empeño que ha de corregir los efectos retardados de los contrarios.

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Nos metemos en un lío que nos hace empatar a cenizas. Nos abocamos a una realidad de distingos.

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Provocamos una situación que es responsabilidad entre anhelos a los que ponemos el lazo del amor.

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Te he dicho que podrá ser entre deberes de páginas abiertas de par en par. Nos clasificamos para ser nosotros mismos.

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Dirigimos los apuntes que nos dejan en lo mínimo. Nos anunciamos como amigos de la derrota. Saldremos.

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Nos quedamos con la boca abierta ante las necedades que nos superan. No podemos resistir la soledad.

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Nos imponemos unas reglas cargadas de facturas. No estamos ni dentro ni fuera. Participamos en diálogos callados.

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Nos sentimos primados ante la resistencia que nos propone mantener la virtud como refuerzo final.

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Los cambios de principio nos afianzan en convenciones un poco profundas. Iremos a vernos.

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Nos dedicamos a leer entre líneas, pero no terminamos de entender lo que ocurre, que es mucho y bueno.

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Los brillos de una nueva coyuntura nos olvidan con procesos que nos detienen con heridas sin dichas.

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No hemos propuesto lo positivo en ese lado que adelanta el camino no hecho. No estamos en una verdad u otra.

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Destacamos lo ejemplar con una certeza de penitencias un poco profundas. Nos iremos lejos, pero volveremos.

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Adecuamos el discurso a un entendimiento que nos provoca contabilidades próximas. No podemos llegar en paz.

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Comprobamos lo que somos en un nuevo escenario que desprecia lo que podríamos subrayar entre paciencias gratas.

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Dependemos de lo que hacemos, de lo que somos, de lo que podemos. Nos creemos lo que sucede.

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Disponemos los años con una molestia repetida con menesteres que nos enumeran qué hacer. No estamos seguros.

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Subrayamos las calidades en horarios que no contabilizamos. No estamos entre espinas de cansadas propuestas.

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Damos ese homenaje profundo que nos asalta con pensamientos que afloran con intensidad y silencio.

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Empezamos por un lado que no logramos resaltar. No damos paso a lo que ha de venir entre veredas verdes.

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Te diré lo que pienso otro día, con el aviso de un pobre hablador que guarda silencio, casi como aquel poeta.

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Te diviertes, te quejas, sufres, aspiras a una alegría total, y vuelves, siempre vuelves, a ver lo que es reconocimiento claro.

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Te permites un alivio que nos mete en una victoria recalcada con fracasos consentidos. No vamos a decir que sí.

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Nos alargamos con sombras que hemos de convertir en impresiones que trocaremos en amores en un nuevo momento.

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Tenemos la vista suficiente para consentir lo que ocurre sin que sepamos lo que es. No damos con la clave malhumorada.

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Te cuento que eres sentido y sentimiento con recortes de fidelidades complicadas de antemano.

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No tenemos que contarnos por cifras, sino por amores que crezcan en esa realidad a la que aspiramos desde hace años.

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Terminamos con los pies en el suelo. Nos cubrimos de valores que podremos compartir en el mejor momento.

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Iré a tocar ese cariño que nos permite no extinguirnos. No estamos para más torpezas. Fomentaremos la dicha con una gran fortaleza romántica.

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Te digo que es real lo que viene con una postura de premios en silencio. Nos maravilla seguir sin problemas gracias a la paz que aporta nuestro amor.

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Nos hemos vuelto diligentes en un nuevo empeño que despunta con créditos ficticios. Nos amamos. Es suficiente.

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Te he puesto en ese escenario donde representaremos la gran obra de amor. Nos recreamos en lo formidable.

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Te he visto a lo lejos, y te he reconocido sin darle muchas vueltas a lo que siento, que es nuestra tocata preferida.

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Nos mostramos con habilidades profundas para destacar todo lo que sentimos. Participamos en lo ideal.

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Marchamos ante las levedades de seres que nos pregonan lo mejor. No seremos nada idealistas.

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Vuelvo para enterrar lo que ocurre con prestaciones nada complicadas. Te veré en la derrota lejana.

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He mirado para verte en el interior. No estamos fuertes, pero tampoco necesitamos estar en una gran forma física para despertar de nuevo el amor que sentimos.

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Tenemos una esperanza perfecta en momentos imperfectos, lo cual hace que cada día empecemos de nuevo.

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Presentamos credenciales que lideran ese camino de respuestas nada pacíficas. Nos ponemos en un nuevo protocolo.

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Te veo como algo fundamental. Basamos lo completo en una solución que nos adapta. No vamos a articular nuevas preguntas. No damos con la clave.

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Negamos esa prisión que nos viene de un amor no confirmado. Nos dejamos llevar hacia sitios de penitencias y soledades.

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Activamos una excepción que nos envuelve con conflictos que nos hacen permanecer entre penitencias poco defendibles.

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Te diré que el salto nos complicará las directrices de lo primero y lo último. No vamos a explicarlo todo.

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Nos quedamos sin palabras para acompañar lo que experimentamos. No vamos a huir, no hoy, no mientras nos amemos. Eres tú.

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Pido la palabra para que seamos bondad celeste en un firmamento compartido. Recuento tu querer.

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Te abrumas con perspectivas que aglutinan las negaciones de un nuevo telar. Ya soy yo mismo.

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Me comporto como un aliado de noche y de día. Hemos aprendido más de lo que imaginamos cuando éramos todo y nada.