Nos hablamos de paz

Siento que la noche me lleve hacia donde tú estás. Sé que me toca mucho sufrimiento. Me entrego en una ocasión más.

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Sufro ante la levedad de unos seres que impregnan las razones de gustos por lamentos que nos superan.

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Te veré a lo lejos, conmigo, en mí, procurando una sensación de tipo menor. Nos ocuparemos de vivir de otro modo.

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Hemos inventado tres razones en una mientras nos hemos adueñado de un sentido de otras cosas.

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No vemos mucho más allá. Nos ocupamos de tocar la mirada de la ilusión. Hemos visto en exceso.

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Necesitamos emplazarnos a la diestra de cuatro razones y media mientras nos ocupamos de estar en ese sitio que nadie termina de entender.

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Hemos topado contra el muro de unas ilusiones que ya no son nuestras. Nos tiramos al agua.

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Hemos comprendido que las cosas salen como deberían. Nos declaramos unos eternos intuitivos que nos sueltan hacia la nada.

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Iremos deprisa, corriendo, con muchos huecos en el corazón, y nos pondremos a sentir que las cosas valen por su propio peso.

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Olvidamos hacia dónde ir en los mejores momentos. Nos llenamos de ocupaciones de todo género.

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Los lugares nos son en todos los sentidos. Hemos tocado en ese lugar que ahora nos desdice del todo.

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Pensamos con la memoria a la fuga, con la voluntad en un deseo, con lo que es por temores variados. Volveremos a entender lo que sucede.

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Hemos dirigido buena parte de un amor que nos asalta con tremendas dudas. No podemos asentir.

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Nos declaramos rebeldes con cinco causas a mitad de un camino que ya no es nuestro. Pagamos por adelantado.

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Nos hemos impuesto un nuevo deseo, un amor hermoso que tocará lo que sea menester. No te puedo decir nada más.

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No llega lo que es, lo que aguardamos con un franco deseo de paz. Nos ponemos en marcha con todo lo que albergamos, que no es mucho.

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Hacemos de nosotros una raíz para unirnos a lo que sucede. Nos trastornamos. Mejoraremos.

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Vivimos juicios de eternidades que nos animan a asentir con reglas que no vamos a tomar en broma.

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Nos hemos dicho que somos capaces ante un mundo que nos rodea con brazos eternos. Nos consentimos.

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Hemos ido a ver lo que es más y lo que es menos con una avaricia de saco tremendo. Nos ponemos en marcha.

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Te has quedado en esa mitad que produce sanos deseos de una paz que nos alimenta. Nos hemos gustado.

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Me vale lo que me cuentas mientras superas los elementos más que extraños. Estaremos en varios sitios.

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Te contaré que me vales, que te soy, que te tengo, que te puedo mientras asaltas con vacilaciones que vamos a enumerar.

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Te vale todo lo que ofrezco, todo lo que soy, todo lo que puedo, y me siento a la diestra de un padre que será eterno de verdad.

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Te pones a cuadrar algunas almas que ya no son tan gemelas. Nos pedimos un poco más. Hemos dicho que será.

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Nos garantizamos un acuerdo menos turbio. Nos hemos puesto a dudar de nosotros mismos.

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Te somos muy sinceros mientras volvemos por un espacio mayúsculo. Nos ayudamos. Somos callados.

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Te cuento que estaré en ti mientras tú desees. Nos vemos en una tarde que es sueño. Nos gustamos.

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Tomamos el grato acuerdo de insistir con lo bueno, con lo que es mejorable, con lo que tenemos, que es mucho.

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Te he visto en una batalla que nos aclara cómo manifestar el amor que sentimos el uno por el otro.

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Nos tenemos que plantear estar de cualquier modo. Hemos dicho que sí cuando el gusto ha sido más que comprobado.

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Nos ponemos en marcha con una clara fantasía que nos hace asomarnos por sitios que ya no vemos.

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Nos hemos confundido en la noche de unos tiempos en los que compartimos los mejores espacios.

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Iremos, no iremos, volveremos, nos pondremos en marcha, y diremos que sí con una grandilocuencia que nos hará daño.

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Miramos con mimosa factura hacia ese amor que no brilla como al principio. Te diré que somos, que podremos, que tendremos.

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Hemos apostado por no estar solos, y, si lo estamos, es por falta de valor. Nos hemos detenido casi a tiempo.

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Te diré que estamos más juntos de lo que en apariencia mostramos. Hemos tocado fondo para lanzarnos hacia arriba de nuevo.

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Te pones a cuadrar las mejores medidas con unos elementos que nos dignifican como buenos amigos que somos.

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Estaremos a la orden de cuanto haga falta. Te confieso que estamos tan en forma como queremos.

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Nos hemos puesto en ese momento que ya cristaliza en espacio. Nos dedicamos a asentir con instantes decorosos.

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Te mueves en un nuevo espacio que nos propone seguir como si tal cosa. No te puedo contar todo.

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Debo añadir un poco de buen humor a los anhelos de una paz que quita y pone rumbos. Buscaremos en otros montículos.

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Hemos aplaudido medidas de sana paz que ahora nos devuelven a unos orígenes cuestionados por el corazón.

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Te vale todo cuanto ocurre ahora que no entendemos el motivo de tanta ocurrencia. Nos damos garantías inútiles.

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No traspases límites que luego no vas a entender. Los papeles en los que confesamos algún amor ahora nos rompen los anhelos de calma.

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Nos hemos puesto a vivir de disposiciones que claman en un desierto con poca agua. Nos damos un baño de amistad.

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Nos ponemos a colaborar con una suerte de dicha que nos pide que seamos más queridos. Nos gustamos mucho.

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Hemos aplaudido algunas medidas que afean la paz de otros momentos. Necesito que estemos juntos.

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Debemos apoyar a cuantos están en ese saco que rompe y rasga algunas clemencias con las que nos gustaría vivir.

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Tenemos mucho que compartir. Las posibilidades están a la orden del día. Nos animamos mucho.

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Hemos colocado todo lo estimado en una cueva de visita periódica. Espero que todo salga como queremos.

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Tengo miedo de perderte en estas primeras etapas que considero decisivas. Nos hemos puesto a soñar.

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La vida nos ofrece algunos pensamientos fingidos que hemos de mudar hacia lo mejor. No puedo dejar de asentir sobre ti.

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Te has ubicado bien, con gracia, con una medida que puede. No me valen las excepciones que solo se aplican en un sentido.

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Te ofrezco que todo sea de un modo medido, gustoso, harto de buenos sentimientos. Tenemos que hacer mucho. Te recuerdo.

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Iré hacia ti y contigo. Las composturas nos alcanzan con rescates de penitencias y de paciencias.

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Te ofrezco estar a tono. La vida es esa justa medida que nos toca la moral. Te diré que podemos estar juntos, tanto como queramos.

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Las cautelas nos han ofrecido lo que fue mesura y razón. No podemos ser ni más ni menos. Hemos hablado.

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Las conversaciones nos llevan por derroteros que dejan para el final la mejor de las causas.

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Hemos hablado de ser los mismos, y lo somos, y lo seremos, y podremos con todo lo que tenga que ver con un amor decoroso.

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Te he dicho que estaremos juntos tanto tiempo como tú desees. Nos hablamos de mucha paz.