Comenzamos en la noche de cuatro tiempos que nos nublan las visiones que ya no tenemos. Nos gustamos. Cruzamos otro umbral.
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Padecemos ante las gallardas intenciones de heridas que nos rompen. No vemos nada. Ya estamos con un nuevo padecimiento.
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Te has puesto a adorar especimenes que nos atosigan con el carro de la inexperiencia. Nos rompemos en miles de pedazos.
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Apenas gozamos mientras vemos las intenciones de quienes quisieron tocar ese otro fondo que nos atemoriza.
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Vamos a ir a contar lo que podría tener un cierto valor. Nos consumimos. Hemos ido hasta lo más lejos.
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Te esfuerzas en tocar un poco más. Nos lamentamos. Hemos vivido de heridas. No podemos decirlo todo.
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Te quedas con un poco de molestia en las manos, encallecidas de trabajos forzados. Asentimos.
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Te pediré un poco menos. No seremos nosotros los que gustemos en las nuevas podredumbres. No hablaremos.
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Te has puesto a encender una llama que te expone a nuevos conflictos. El amor ganará la partida.
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Te espero donde sabes y con un poco de prudencia. No seremos los de antaño. Hemos callado.
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Te doy el tono de las cosas con unas vehemencias que nos ponen a prueba. Iré a donde quieras. Nos falta de todo.
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Nos escondemos en ese otro instante que nos hace figurar como al principio. No me importa.
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Te cruzas de brazos en una nueva historia, que hago mía. Sueño con que todo tenga un nuevo recorrido. Te amo.
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Me pongo a llorar en la noche de cuatro tiempos que me hacen temblar. No te sigo como antes. Suspiro.
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Te he mirado, y apenas he visto lo que quiero. No podemos suspender todas las obras de una vida en ciernes.
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Abro capítulos para soñar lo que tiene un poco de sentido. Iré a no verte. La sorpresa nos rodea.
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Hemos influido en unas vidas que nos despedazan mientras asustamos a unos corazones que no miran como al inicio.
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Ruedo con molinos de viento que contemplan las luces de cuatro realidades distintas. No te amparo.
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Relleno con un poco de amor todo lo que es destreza y similitud en los trances que nos aclaran qué decir.
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Te introduces en un campo de tinieblas que afean los buenos conceptos de aquellas décadas que nos sirvieron de fortuna.
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Te diré que sí vale cuando, en realidad, no será nada de lo que hemos pensado. La ira nos mostrará un camino equivocado.
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Nos divertimos con una fantasía que es memoria con respuestas de géneros diversos. Iremos a cualquier parte.
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Tiemblo con lo que pasa, con lo que es, con lo que nos perturba en un nuevo camino de heridas que sangran.
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Te he puesto en ese nuevo brete que nos invita a atesorar amores que debemos compartir. No estamos en forma.
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Te he entregado todo lo que tiene un poco de sentido en una era de penumbras y de caricias que nos dicen que podemos ser más fuertes.
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Vibramos mientras nos exponemos a realidades que nos caracterizan sin que veamos una grata salida.
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Te escondes de ti misma ahora que no hay mucho que contar. Nos hablamos con la verdad por delante.
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Te exprimes ante los continuos desgastes de quienes tienen algún distingo que hacer. Nos agotamos.
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Temes que todo vaya como si tal cosa. Nos hemos enamorado de otra vida que tardará en aparecer.
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Hemos aglutinado una serie de esfuerzos que ahora nos despeñan a otro lugar donde somos más débiles.
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No me cuentes dónde te hallas, ni los motivos, ni te sulfures por cuanto no puedes contener. Nos daremos más y más.
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Huimos de prácticas divinas que nos hacen agudizar todo el ingenio del mundo. Nos soltamos.
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Hemos vuelto como maestros a una arena que se mueve y nos hunde. Nos damos un poco de placer que se vuelve olvidadizo.
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No te pongas a romper esa escala que nos podría ofrecer la libertad. Nos ponemos a correr de nuevo.
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Te liberas de trances que nos ponen en una tesitura que nos ablanda el corazón. Tememos lo que ha de pasar.
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Te duele todo en este nuevo trance que nos atosiga sin que veamos el verdadero gusto solidario.
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Te podría cobijar en cualquier parte, procurando ser un poco más grande, buscando la voluntad de todas las partes.
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Me granjeo un poco de amor, que no se si merezco en este lado de la otra historia que nadie cuenta.
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Me quedo contigo y sin ti casi con la gracia de quien persigue el milagro de la memoria que no colectiviza nada.
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Hemos adecuado el discurso hasta cansarnos de tener todo lo que es. Nos lastimamos. Hemos averiguado mucho.
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Me entusiasmas con el grito de tu victoria, que no es tan grande como pensamos en un segundo momento.
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No te pongas a jugar entre bromas y verdades que neutralizan todo cuanto somos. Nos hemos enterado muy tarde.
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Recorremos esa parte que no admite ver el todo. Nos conjuntamos para asumir los retos del puro vacío.
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Temes que todo se te vaya de las manos ahora que nada es lo que parece. Simulo ser tú. Yacemos.
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Hemos intuido pasantías y cambios que harán que las revoluciones no admitan cautelas sino deseos.
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Te invito a que tomemos ese respiro en el que seremos todo lo mejor. La dicha nos espera.
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Te esfumas de ese pasado que fue todo para nosotros. Nos declaramos amores a perpetuidad.
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Te escondes de ti misma para no figurar entre los relatos de quienes más creen en lo que podemos hacer.
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Te has puesto en ese brete que nos atemoriza con el cruce de ideas que son purezas en el trámite más apuesto.
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Te diré dónde estamos ahora que estamos bien. Nos confundimos en los anhelos. Te visitaré.
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Vamos a contarnos todo lo que nos amamos ahora que nos estimamos bien. Nos acordamos de cuanto fuimos.
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Tiemblo de pura pasión. Llegamos a entendernos. Nos ponemos en marcha. No nos retrasaremos.
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Te explicas muy bien. Tememos que las declaraciones solo queden en objetivos sin fuste.
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