jueves, 3 de julio de 2008
Reconozco tu sapiencia
Veo en ti una “sabiduría” que me absorbe. No entiendo, pero tampoco parece que deba hacerlo. Bailo la danza que invoca los poderes de una Naturaleza que tiene de todo y, fundamentalmente, no está muerta. Te agradezco el aprendizaje. Viajo contigo al lado. Te advierto incluso cuando no te veo. Decidiste no irte a casa. Tomamos, sin saberlo, un poco de grano que nos alimenta. Paseamos detrás de un destino que nos alumbra y que llena las mejores estancias de una fragancia que no se retira. Nos perseguimos con la memoria de esos ancestros que quisieron poblar de niños unas ciudades que incrementaron sus recursos sin saber administrarlos. Hay una disciplina que nos rompe el voto y todo lo demás. Eres especial, valiente, soñadora, trágica, dramática, sensible, superadora y obediente en lo que crees que tiene una óptima intención. Pasamos con disculpas que no harán historia. Estamos seguros con la mano franca y abierta. Celebramos unas compañías cordiales. No sé si me he metido donde no me llaman, pero te aclaro que seguiré dejándome guiar. Estoy preparado para un amor que se esparcirá como las estrellas por el firmamento. Te solicito un honor que me hará muy feliz. Los días han sumado con preferencias que nos consuelan con tonificaciones que nos invitan a aletear con torceduras remendadas que nos harán viajar por los confines de unas posturas ideales e idealizadas. Recibimos la encomienda con unas miradas que nos dejan atónitos. Me gusta lo que haces, como lo haces, tu modo de explicarte y de caminar. Has recibido cientos de dones. Aclaras todo lo que eres con suposiciones que nos reclaman para aleccionarnos sin imposturas. Nos llaman, nos ponen a prueba y empezamos con una noria que nos aparta de las malas influencias para mejorar las conductas. La hierba crece en tu pradera, que disfruto junto al fuego. Lucho para estar. Me tomo un jarabe que sana de los malos pensamientos. Sonrío tapándome, por pudor, la boca, que ahora te pertenece. Hemos diseñado un proyecto de vida que nos da calor y fresco, según el momento, según convenga. La panorámica del cielo es excelente, estupenda, como aprehendida por la Naturaleza para esta ocasión en que estamos unidos. Buscamos el agua de la vida; y los dos la compartiremos con una gracia consentida. Ya no somos pequeños. Trabajaremos duro para querernos mucho. No habrá insultos que valgan. Deseo pegar mi cara a la tuya. Nos besaremos. Nos pondremos en pie, y luego nos dejaremos caer para conocernos en profundidad. Nos mostraremos los labios, los ojos, las mejillas, y no olvidaremos la chispa que saldrá del interior. Nos ayudaremos para ser más nosotros, tocando y conociendo los rincones, los recovecos de un destino que no simulará nada. No le hará falta. Compraremos la felicidad a fuerza de besos y de caricias: no habrá fin para ella. Creo que te la mereces, que nos la merecemos. Hemos aprendido muy deprisa. En mi caso, gracias a ti, que tanto sabes. Lo creo y lo afirmo.
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