Regresar al aprendizaje

Vivimos para ser felices. Lo que debemos hacer es no ponerlo tan difícil. Nos gustamos. Explotemos nuestras aficiones.

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Te declaro todo lo que siento, que es mucho y bueno. Nos agotamos en una noche de pasión.

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Destruimos algunas posibilidades de tocar ese fondo que es victoria. Nos ponemos a sembrar espacios enormes.

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Te he puesto en ese lugar que es fruto de apatías que nos harán vivir la gloria de una visión nueva.

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Te quiero porque te quiero, sin dar más vueltas de las debidas. Nos hemos declarado mucho amor.

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Te impones como ese gusto que nos arrastra como elemento agotador. Somos parte de la misma dirección.

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Cambiamos el tono, el deseo, la voluntad, y nos cansamos de existir en soledad. Estaremos pronto juntos.

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Hemos convencido a nuestro ego de una emoción que nos hará ser dichosos. Merecemos estar más tranquilos.

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Suena esa señal que nos propone volver al espacio donde estábamos. Te gusto y me gustas.

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Pasan los años, los anhelos, los planteamientos de compartir mucho, casi todo. Suben las temperaturas.

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Me río de lo que soy. Podemos mejorar todo cuanto tenemos. No estamos solos. Las máximas se vuelven mínimas.

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Te declaro todo cuanto soy. Nos ponemos a vivir con sentimientos profundos. No podemos atendernos.

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Simpatizo con una regla de oro. No podemos estar en otro lugar. Nos calmamos después de la tormenta.

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Te diré lo que merece la pena en una tesitura donde seremos todo y parte del deseo y de la solución.

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Hay que decir mucho. Nos ponemos a recorrer esos espacios en los que aprendimos mucho más de lo que pensamos.

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Superamos las penas con unas aflicciones que nos hacen existir de cualquier modo. No podemos ir.

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Nos aleccionamos con unas convenciones que nos aclaran las administraciones más deudoras.

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Pasan esos titulares que no definen lo que sentimos. Nos acomodamos. Nos esperamos en el otro lado.

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Te hallo en esa esquina donde yo mismo me dejé. Te ayudaré desde mi experiencia. Nos complementamos.

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Te insto a que no me olvides, a que pienses en mí. No estamos en lo más adecuado, pero lo estaremos.

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Me comentaré a mí mismo mil veces las adopciones por las que nos hemos de mover. Te destaco lo que siento.

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Las formas especiales nos hacen vivir en y con focos de pura energía. No podemos hablar. Nos ponemos a inaugurar las carencias más torpes. Nos instamos a querernos más.

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Te destaco esos trámites que superaremos a la menor ocasión. Seremos más amables. Te pones aquí y allí.

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No estaremos en cualquier proximidad, pero sí nos utilizaremos para ser mucho más felices. Nos destacamos mucho amor.

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Nos convocamos para asumir las condiciones en las que dejaremos todo atrás. Nos confundimos.

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Te aseguro donde estoy. Nos ponemos a vivir paradojas en las que todo tiene un supuesto que compartir.

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No te iré a contar nada. Los planteamientos se quedan solos con aficiones que nos colocan en lo más insuficiente.

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Te pones a bromear con un recogimiento que nos hace liderar aspectos más definibles. No te puedo decir todo.

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No voy a vivir en las excepciones que nos confunden con el paso de cuatro deseos. Te pones a comprobar lo que es amor.

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Somos conscientes de lo que nos amamos. No podemos cesar en ese deseo de compartir la vida de cuatro sueños.

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No voy a quedarme parado mientras te marchas a decir que sí en otra parte. Hay muchas promesas que nos pueden hacer más felices, si las hacemos realidad.

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Vamos a solventar la falta de claridad que nos rodea. Nos daremos mucho ánimo. Te aseguro que puedo.

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Voy a conversar con una plantilla de cambios que nos harán sentir que todo es correcto mientras lo digamos.

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Me pongo a tocar ese deseo que nos hará compartir una parte de la maquinaria del puro ideal.

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Te has vuelto con mucho amor agrupado en claras experiencias de amabilidad eterna. Nos distinguiremos.

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Nos anunciamos el despertar a un cambio que nos ha de presentar una ráfaga de viento que pararemos en cuanto podamos.

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No podemos quedarnos quietos mientras la virtud se corrompe en un desierto que es sorpresa imparable.

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Te veo en lo primero y en lo último con una regla de serie conseguida. No voy a ponerme a jugar.

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Te he puesto como ejemplo desconocido. Nos hemos empeñado en amarnos del todo. No voy a reflexionar.

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Te doy una respuesta que obtendrá lo mejor de lo mejor. Nos ayudaremos. Hemos impedido que las cosas se queden de cualquier modo.

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No podemos luchar en el erial de la nada que es todo. Nos marginamos. Hemos acudido a fomentar sentimientos densos.

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Llega lo próximo con un aspecto más que pintoresco. No me voy a detener. Estamos en paz.

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No voy a esperar a que el todo nos sustituya con una polémica sobre la nada. No voy a hacerlo de cualquier manera.

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Nos arrastramos con pesquisas ilógicas. Iremos a superar cualquier anomalía. Nos centraremos.

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Hemos volcado las vagas ideas para proponer los anhelos más positivos. Nos agotamos. Iremos más y más.

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No podemos economizar esfuerzos cuando hablamos de defender todo el amor que llevamos con nosotros, que es nuestro, que hemos hecho germinar.

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Creamos aficiones y aflicciones. Hemos de ser moderados, queridos, centrados, y siempre desde la experiencia de ayudar a todos.

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Nos cansamos en nuevas mañanas que, por repetidas, nos colman de puro hastío. No somos tan principales como pensamos.

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Nos damos un precio que nos quita el valor. Los porcentajes nos consienten más de lo debido.

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Nos ponemos a investigar en nuestras almas, y nos apena y nos asusta lo que vemos. No vamos a sustentarnos en vacíos.

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Nos situamos a la diestra de una razón que no hemos de dejar escapar. Los modales nos ponen a prueba.

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Salimos de un partido para quedarnos vacantes. Hemos de regresar para volver a intentar el aprendizaje.