Te cuento que soy

Alimento mi amor por ti. Nos asomamos al exterior y vemos cierto grado de endiosamiento.

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Nos saciamos mientras esperamos algún milagro que no podemos controlar. Lamentamos los errores.

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Vehiculamos algún esfuerzo con razones que nos dan una misión que cumplir. Nos miramos.

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Me pongo a cerrar algunas heridas con un poco de humor. Las certezas nos ponen a la sombra. Nos destacamos pensamientos heridos.

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No te podré poner en ese sitio que alimenta y engorda con pasatiempos que nos hacen sentir que todo es un poco mejor.

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Llamamos a la puerta de quienes sabemos de antemano que no van a responder. Titulamos con espumas.

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No damos circunstancias atenuantes. Tampoco las necesitamos. Volvemos por el mismo camino.

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Negociamos con un pesar que nos quita la palabra. Nos sentimos muy cerca. Ya no decimos más.

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Predicamos con un trigo que nos aclara algunos conceptos. Ya diremos con qué debemos limpiar.

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Caemos y callamos con imposturas de certezas entre carencias totales. Nos damos una razón de límite ensanchado.

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Te pones a correr por lugares extraños que nos dificultan la voluntad en la que deberíamos basar casi todo.

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Nos adecuamos a una palabra que funciona con un poco de sensación abierta. No podemos dar con todo.

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Nos damos un poco de más velocidad para llegar a ninguna parte. Las circunstancias nos pueden.

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Me meto en un lío de amor hermoso que ahora me devuelve todo aquello que creí perder en un día amargo.

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Nos regalamos un juego que nos llena de pena. Nos dedicamos a prensar lo que es fantasía en lo más lejano. Hemos dicho que las cosas pueden valer.

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Las carencias nos llenan de paciencias que no siempre terminan de estar en el sitio adecuado.

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Te pones a contar con una certeza que se me escapa. No puedo aceptar que lo cierto sea la base de la creencia mutua.

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Nos ponemos a recorrer un espacio que se ha vuelto desconocido. Las rutas no son tan necesarias.

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Buscamos en cuevas donde no hallamos a los que deberían regalarnos un poco de menos tribulación.

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Vivimos en ese misterio que nos riega con francas paciencias. Pactamos no ir. Nos ayudamos.

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Me pongo a ayudarte con un poco de buen humor. Te siento muy próxima. Llevamos una locura que nos bendice.

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Te he puesto en ese lugar que es de puro recogimiento. Mostramos lo que somos. Hemos pedido más.

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Nos llenamos de fantasías que nos aniquilan cuando todo parece tener un poco de sentido. Ya no podemos volver.

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Regamos ese árbol que fue regalo entre voluntades tremendas que ahora no parecen entender nada.

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Nos renovamos con una parsimonia que nos traspasa de lado a lado. Hemos mirado bien.

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Nos aconsejamos un poco de buen humor cuando éste no es tanto. Nos hemos puesto a estudiar de nuevo. Las formas esculpen otras realidades.

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Te he dicho que soy tuyo ahora que todo lo tuyo me colma de honor y de gracia. Nos damos virtud sin excesos.

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Te diré que debo ir porque así es. No dejaré nada atrás. Nos ayudaremos mientras el cuerpo aguante.

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Vivimos en una ausencia que nos da un poco de pavor. Nos consentimos estar sin la suficiente fortuna.

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Te has convertido en ese tesoro imponderable que me sube en la escala de valores. Nos volvemos a encontrar.

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He mirado y he visto todo lo que yo quería. No hay nada más. Las costumbres nos encierran dentro de sabidurías extrañas.

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No me gusta el estado que me rodea. Hemos complicado todo en exceso. Nos formamos tres ideas.

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Tengo que reconciliar mi vida con la tuya. He de promover algunas caricias un poco destruidas.

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Hemos huido a un paraje bello donde hemos de encontrar ese mucho amor que gestamos en su momento.

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Nos hemos dicho que todo lo básico se llama amor. Hemos creído en nosotros. Demostremos que podemos.

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La justicia tiene mucho que ver con la distribución de esfuerzos y de recursos. Nos hemos confundido.

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Nos jactamos de propósitos que enmiendan casi todo con un honor que nos hará compartir mucha bondad.

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Te has puesto a jugar en un espacio que era común. Hemos de recobrar la cordura que tanto bien nos hizo.

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Figuramos con esfuerzos empañados en el destino universal. Nos complicamos la vida entre broma y broma.

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No te diré de ir. Los elementos gozosos nos envuelven con muchas claridades. No podemos quedarnos atrás.

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Nos hemos puesto esas pilas que ahora nos influyen con carencias de tipologías diversas. No podemos con y en todo.

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Las excepciones nos hacen tocar el amor con ocurrencias en vacío. No vamos a seguir arrastrándolo todo.

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Nos hemos puesto ese dedo que señala hacia dónde no ir. Nos envolvemos con muchos besos.

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Predicamos en campo ajeno. Regalamos todo lo nuestro. Estamos entusiasmados con lo que podemos hacer.

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Inauguramos un espacio compartido en el que soñaremos con la oportuna paz que siempre hemos anhelado.

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Abrimos los corazones de par en par. Nos decidimos a ser nosotros mismos. No podemos quedarnos impasibles.

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Nos dedicamos a recobrar esas energías que alimentaron el corazón y el espíritu. Nos aplicamos en las nuevas tareas.

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No vamos a discutir. Las invenciones de cariños supuestos nos señalan las áreas de movimientos absolutos.

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Te pondré los avisos en lejanas ventanas desde las que miraremos el cariño tumbado por los que dijeron ser nuestros amigos.

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La curiosidad nos lleva a promocionar lo que sentimos. Hemos adecuado los discursos. Ahora toca demostrar lo que indicamos.

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El invierno nos hace soñar con la nieve que no cubrirá este amor, ya seco, ya helado, suponemos que extinguido.

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Nos ponemos a vivir en un trance que nos derrota antes de empezar. Debimos pactar las condiciones.

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Nos enredamos en circunstancias que nos proponen vivir de avisos que nos despiertan a la menor ocasión.

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Te cuento que soy. Hemos averiguado algunos deseos que compartiremos en cuanto podamos.

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Nos llenamos de preferencias. No ejecutamos ninguna. Declaramos una ilusión que no dejaremos que se pierda.

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Danzamos en este nuevo modelo que funcionará en cuanto queramos los dos. No acertamos porque no nos miramos.