martes, 22 de julio de 2008

Te felicito

Han pasado muchos años, lustros, centurias, muchas penas, muchas glorias, muchas carencias, montones de nada, y sigues ahí. Has perpetuado los dones de una Naturaleza que, con gentes como tú, podrá sobrevivir. Mereces nuestro reconocimiento, nuestros mejores deseos, lo poco que tenemos. Has conseguido preservar los antídotos frente al mal endémico que asola sociedades y culturas. Tú continúas donde siempre, aunque no lo sabes, aunque nadie conoce tu existencia. Casi es lo mejor. Tratarían de destruirte, si te localizaran. Lo mejor es que prosigamos este sueño donde todo se confía al factor suerte, y luego, mañana, Dios dirá, que dice afirmativamente por seres como tú. Sin dar más pistas, hoy te felicito, un sentimiento que, afortunadamente, revierte también en los demás, en todos nosotros.

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