jueves, 10 de julio de 2008

Una verdadera amistad

Espero tu llamada, tu tabla de salvación, tus buenos augurios, esos apoyos que me confortan más y más. Aguardo un nuevo milagro, un grato deseo, una voluntad cierta, una posibilidad manifiesta, una bruma en el aire. Nos llamamos con fortuna y con gozo, y nos enfrascamos en actividades que nos envían hacia el sitio más ideal. Estamos llamados a la concordia desde la coherencia que nos alimenta y que nos aviva con blandas caricias de paz y de amor. Nos lavamos las manos con el agua que nos traen los buenos amigos que confían en nosotros, como nosotros en ellos. Las palabras nos asisten en un fin de semana que es inolvidable. Hablamos desde la confianza que nos propone ser y estar con una dedicatoria sincera. Aguantamos con la certeza de que el amor es una gran maravilla que nos expresa la viveza hermosa. Estamos entre amistades, que tenemos, que conservamos, que nos hacen inteligentes y personas.

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