Hemos entendido el deseo

Miramos a esa cuna que reserva los derechos de generaciones que no aparecerán en modo alguno.

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Sufro en el otro lado de una noria que torpedea con mareos de toda índole. Apenas veo. Miro.

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Quiebro la moral de cientos de espacios que animan a tener algo más que confesar. Ya no soy yo mismo.

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Te quiero por lo que tienes, por lo que expresas deambulando por cientos de lugares que son compañías secas, a medias.

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Aterrizo donde puedo con una escoba que me permite volar hacia ese todo que es nada. Simpatizamos.

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Hemos convenido una serie de apatías que ahora nos descalzan. Primamos las valentías sobre lo más importante.

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Te quedas con la queja que es quejido con improntas que nos retratan tarde y mal. Hemos traspasado algunos límites.

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Te sientas a la diestra de una señal que predica con pérdidas de animación imposible. Iremos a cualquier sitio.

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Te presentas con lo que tienes, que no es mucho, y dices, y afirmas, y vuelves, y te retrasas una y otra vez.

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Hemos comprobado todo cuanto somos en una nueva situación de penitencias en vacío. Te adoro.

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Nos sentimos parte de ese todo que nos determina con responsabilidades que son intuiciones que nos apenarán.

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Te tengo en cualquier parte mientras me pongo a contar esos objetivos que nos insisten con caricaturas.

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Te demostraré lo mucho que te amo. Hemos propuesto unas simulaciones que nos harán estar donde más deseamos.

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Te cuelas por esas rendijas que nos animan a ser nosotros mismos en espacios de puro consenso.

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Te tengo por amiga, y creo que lo eres. Lo mejor es que dejemos atrás las voluntades de otros espacios.

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Te contaré un poco menos. Hemos agrietado el alma. Hemos insistido con un amor que ahora despierta en este nuevo amanecer.

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Rescatamos los corazones que se volcaron en una sima. Remitimos algunas promesas para su oportuno cumplimiento.

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Hemos previsto algunas caricias con unos tonos de sensaciones tremendas. Te pido que me quieras.

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Nos hemos puesto manos a la obra en un nuevo trabajo que nos determina con una simulación terrible.

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Nos hemos puesto manos a la obra en un lugar de apariencias siniestras. No nos gusta lo que sucede, y por ello hemos de procurar el cambio.

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Nos hemos presentado como amigos de la bondad que nos manifiesta las heridas de una simulación terrible. Nos agotamos.

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Te empeñas en dar con la fuerza de un destino que nos desprende de la matriz. Saldremos indemnes.

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No te puedo contar todo. Hemos comprometido algunos cambios. Nos veremos a lo lejos. La vida es.

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Te escondes de una necesidad que nos ampara como puede. Volvemos hacia atrás. Nos gustamos.

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Te escribo con una predisposición a entender todo cuanto ocurre. Nos agasajamos en un nuevo destino, que nos pertenece.

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Te dejo ir donde más quieres. Hemos buscado un poco de pesar. Nos llamamos amigos. Creo que lo somos.

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Te sientes parte de un destino que universaliza todo cuanto ocurre. Somos la base de lo que ha de ocurrir.

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La llama nos esconde con impresiones que nos vencen. Hemos agrietado el pozo de los deseos.

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Encendemos esa llama que nos asimila a intenciones que mudan la piel a la menor ocasión. Te siento.

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Agradezco todo cuanto haces por mí. Has incrustado mi existencia en ti, y ahora sabes que te pertenezco por ley.

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Te dejas enseñar lo mejor de lo mejor con una hiriente caricia que nos abandona al mejor postor.

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Te exprimes el seso de la esperanza con invenciones que nos asimilan a voluntades que son gustos y poco más.

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Te has quedado atrás, donde todo era un buen sentido. Nos dedicamos a pretender un poco más.

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Te consuelas con silencios que limpian esos conocimientos que compartimos cuando éramos buenos.

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Te adiestras con unas vicisitudes que nos deberán prevenir con curas de expertos. No somos nosotros mismos.

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Te has detenido en mitad de una mudanza que libera el poco pan que nos ampara con inclemencias entre valores que no podemos ponderar.

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Te has presentado como lo que eres. Me has dicho que sí cuando imperaba el no más rotundo. Te diré cosas.

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No te pongas en plan desgana, ni con enfrentamientos y presencias que nos limpian el corazón con medidas que no vemos.

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Te observo en mitad de todo y de nada con reservas que nos proponen ser. Los afectos se multiplican.

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Te vale todo, o casi. Rompo mis deseos. Nos hemos mirado, y hemos visto que las adivinanzas nos imprimen todo el carácter del mundo.

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Me vale el lenguaje de derrotas. Con él aprendo mucho. Huimos de un espacio en el que fuimos de todo.

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Te has esfumado de un mundo en el que logramos compromiso y valor. Las despensas se han vaciado.

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Te asombras de la vida que ya no vas a disfrutar. Lamento que los dones nos olviden con sensaciones que no nos pertenecen. Ya no te digo más.

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Me has comprado un poco de pan para saciar ese hambre atrasada de siglos. No soy quien deseas, ni lo finjo.

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Te regalas a ti misma un poco de amores profundos. Lo siento mucho. La ensoñación nos llevará muy lejos.

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Imprimes un poco de carácter con una imaginación nada torpe. Nos agotamos en la noche de las penitencias agradables.

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Te has mofado de mi corazón, que ve en ti a una diosa de profundas convicciones. No me cuentas todo.

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Te abrumas en el espacio de una realidad que finge afectos con molestias de todo género. Ya llegaremos.

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Te previenen contra ese amor que te pondrá esa guinda de felicidad a la que tienes derecho. Estamos en forma.

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Nos volvemos con un poco de amor. La vida nos sonríe en espacios nuevos. Nos veremos con un sí.

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Me dirijo al portal de tu mirada, donde los dos aprenderemos mucho. Hemos adivinado muchas intenciones. La paz nos da oxígeno.

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Las conmociones nos invitan a sentir en un nuevo espacio de apaños creíbles. Nos olvidamos de una buena parte de lo que tiene algo que referir.

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Te has propuesto un envío a un lugar de empeños alejados. Nos veremos con consejos tiernos. Nos sentaremos.

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Hemos comprendido que el todo es lo que vale. Ahora somos los mejores. Nos lo creemos.

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Te cuento que el honor se ha de basar en la noche de unos buenos tiempos. Nos agotamos un tanto.

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Te diré lo que vale, por lo que vale, lo que será noche con agradables querencias. Nos dedicamos a decir de todo.

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Te expresas con un nivel de amor que me siento desbordado. Nos hemos sincerado el uno al otro, y sabemos que no tendremos fin.

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Hemos entendido el deseo que nos envuelve. Lo vamos a defender a capa y espada, como sea.