martes, 22 de julio de 2008
Mal día
Hoy no prima la elegancia, hoy no estoy en condiciones, hoy menos que otros días, hoy no, amiga mía, amigo mío. Todo se ha estropeado en mi entorno, en mis seres queridos, en lo que me llega, en sus apreciaciones. Hoy la llama de la esperanza ha sufrido la tormenta y el granizo. No ha salido bien la cosa, hoy no, queridos míos. Me siento cansado, harto, abrumado por las circunstancias, que me han obligado a más imprevistos de los que puedo soportar. No sé lo que ha pasado, no atiendo la realidad de mi vida, no hoy, pero cuento que padezco flaqueza, el mal de la desesperanza, la levedad de quien no es, que soy yo, que es mi caso volante y grave. Hoy no he estado tranquilo con lo que he visto, y me emociono ante la fe de algunos seres a los que estimo como a mi propio cuerpo. Me voy a dormir un poco: con suerte los sueños me llevarán hasta la dimensión azulada en la que me gustaría vivir, una dimensión muy alejada de lo que he contemplado hoy. El balance no ha sido bueno.
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