Mientras pasan los días

Me asusto de esperar y de no ser yo mismo, a pesar de todo, contigo, prestando resoluciones que no entiendo.

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Me pongo en la tesitura que me rompe el corazón en tantos pedazos que ya no los puedo contar. Resisto, pero no venzo.

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Me agoto en la larga espera que me descontrola. Hemos avisado con restauraciones que nos retraen.

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Pagamos por ser sin ser lo que deberíamos. Descendemos en la pura noria que nos rompe por todos sitios.

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Anochece con una respuesta que nos asimila a lo que ocurre. Siento que las cosas sean así. Duermo.

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Presto un poco de cariño con una similitud que presiente hacia dónde debemos ir. Nos procuramos cosas.

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Hablamos de lo que podríamos hacer. Nos sentimos presentes en la noche que nos duerme con cautelas ricas.

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Hemos adivinado el presente con una apuesta que nos asalta con recortes de todo tipo. No podremos pagar por lo que no somos.

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Nos hemos enseñado a vivir en la torpeza de una noche que nos busca con términos que no entendemos.

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Hemos agudizado el ingenio con un poco de más amor. Nos dormimos. Hemos sido en la noche, y también en el día.

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Pregonamos con un poco de entereza, no con mucha, no con poca, no con nada. Nos damos más técnicas.

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Hablamos de abundar, de profundizar en lo que podría tener un amor compartido. No seremos a lo lejos, ni en lo cercano.

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Nos hemos postulado como buenos amigos. Las ofensas nos ofrecen un poco menos. No seremos.

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Hemos dejado que llueva con un poco de amor. Nos espaciamos con unas intenciones que nos invitan a ser.

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No miramos hacia ese lado que nos quita el pavor de la penumbra, que es escasa. Nos haremos más caso.

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Consultamos una serie de experiencias que nos harán llegar con la fuerza de antaño. No puedo sentirlo.

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Nos preguntamos qué hacer ahora que no hacemos nada. La vida es en la presencia más maravillosa del mundo.

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Nos hemos gustado con una fuerza que nos traspasa con unas invitaciones que nos cubren de pura gloria.

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Nos damos un poco de amor en la noche que estructura lo que podría ser un poco más coherente.

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Nos pasamos de largo. Hemos sido. Las complicaciones nos asaltan con más vacilaciones de las que podemos confesar.

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Hemos agudizado el ingenio con una estructura mental que nos hace daño. Nos dejamos espantar.

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Nos metemos en esa calle donde todo se deforma de una manera espantosa. Nos engañamos. Hemos topado con las sinrazones.

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Nos hemos subido al campo de la excelencia con un poco de buen humor. Todo es sano. Nos presentamos de cualquier modo.

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Hemos alucinado en colores, con presuntas docencias que nos vuelven más torpes de la cuenta.

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Presentimos que podríamos hacer algo más. No hemos comprendido lo que ocurre en un momento de pura incertidumbre.

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Nos vienen con unas palabras que nos engatusan con reglas de amores perfectos, o supuestamente perfectos.

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Generamos un poco de más amistad ahora que las cosas se aplican del modo más coherente.

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Saldremos con el gusto en las manos, con las noches más templadas, con la mirada puesta en el amor que nos confesamos.

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Hemos previsto algunas cuestiones que nos ofenden con sus invitaciones a las caricias más salubres.

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Iremos a dormir con velas de penumbras supuestas. No veremos lo que ocurre. La vida será algo más.

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Las conversaciones de los años mozos nos conducirán por pesares que se traducirán con palabras no entendibles.

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Te has colado en mi corazón sin que yo quiera decir nada más. Nos hemos molestado. Lo mucho hoy es poco.

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Nos rompemos con las palabras que fueron funestas. Nos hemos dado muchas comprensiones.

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Vamos a tocar ese fondo que pudo ser la broma con las señales de unas garantías más que posibles.

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Te tengo en este tiempo que es posibilidad y dolor. Nos hemos enseñado a ser. No hablamos mucho.

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Te vale todo lo que me regalas. No seré yo en la voluntad sin partes. Las conversaciones nos llevarán un poco más lejos.

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Juntamos las experiencias en las que fuimos todo aquello que nos confesamos cuando éramos niños, que lo fuimos.

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La verdad nos genera ocurrencias de persecuciones más que amables. No hemos señalado lo debido.

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Has aburrido el corazón que fue la voluntad más templada. Hablamos de ocurrencias que vienen.

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No hemos llamado la atención sobre cuanto ocurre. Hemos sido más, o menos, o nada, como cuando venimos.

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Nos asaltamos con dudas, con vehemencias, con rescates que nos duermen con nosotros mismos. No sé si funciona la compañía.

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Te adiestras en presencias que nos aclaran muy poco. Hemos apañado algunas realidades que ahora nos provocan más anhelos de cambio.

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Te has propuesto enseñarme, y sé que algo aprenderé con esta nueva promesa que haremos realidad. Los días pasan. Todo es enseguida.