Otro sueño mayúsculo

Rompemos una lanza por la vida que nos llega de cualquier modo. Nos amansamos con el paso del tiempo.

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Hemos mirado sin atrevernos a tocar la raíz de un problema que nos supera. No somos tantos.

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Hemos agotado muchos esfuerzos con una franqueza rancia y lectiva. Nos agasajamos. No miramos más allá.

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Nos atemorizamos con la trayectoria de un mundo que suple algunos elementos con otros que no sirven para nada.

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Negamos esa emoción que nos pudo dar un poco de más caricias. Nos presentamos como lo que somos.

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Pensamos en distraernos de la mejor manera posible mientras nos agotamos en un esfuerzo y otro.

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No miramos hacia ese lado que nos descubre con una sensación de eternidad. Nos preocupamos en exceso.

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Iremos a contarnos algo más. No somos las sombras de otros instantes más sorprendentes.

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Te has buscado en un nuevo litigio donde se marchan los valores que fueron cariños sinceros.

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No hemos mirado hacia ese lado que nos incorporó a nuevas bendiciones que nos limaron las garras.

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Nos comprometemos a ser más grandes, mayores, menos distraídos, y nos vencemos con otro sueño mayúsculo.

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Firmamos un acuerdo que duele, que reza en el vacío más atroz. Nos gustamos mucho. Hemos mirado sin ver.

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Nos dedicamos a asumir costes que no son nuestros. Hemos buscado sin dar con la clave.

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Figuramos en ese tropiezo permanente que nos hace tocar con razones repuestas de par en par.

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No veremos lo que sucede ahora que todo ocurre de cualquier modo. Hemos consentido en demasía.

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Compramos cargas que nos pueden. Hemos recibido los restos de un poder que pudo ser hermoso.

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Desgranamos una misión que nos infunde respeto. No podremos contemplarlo todo. Miramos con pesar.

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Nos hemos insinuado una salida que nadie verá en tiempo y forma. Iremos otra vez. No nos cansemos.

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Hemos dividido los efectos con resurgimientos de periodicidad medio alocada. Nos miramos otra vez.

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Nos retamos a consentir cosas que nos valen con rescates de última hora. No sugerimos más.

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Nos metemos en un lío y en otro con efectos que retardan los puntos de otra salida. Nos hemos aplicado razones.

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Nos dejan mirar con miedo, con mucho temor por lo que ha de suceder. Nos hemos avisado en el último momento.

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Negamos los instantes de pasiones inmensas que nos aclaran por dónde comenzar la nueva tarea.

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Soñamos con una nueva estampa que nos pudo dar, en su día, la vocación por un mantenimiento más que decidido.

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Colamos un deseo en ese otro momento de una batalla que se hará con flores y besos. Nos volvemos sencillos.

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Frustramos los recuerdos con balances que nos hacen pensar en lo místico. Descendemos. Hemos pagado con razones variadas.

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Te pido un acuerdo ahora que nada es lo que parece. Nos sentamos con un sello que funciona con lo previsto.

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Resurgimos con los pareceres que adecuan todo el pasaje con lo último, con el instante menos importante.

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Respondemos con una vida que es avaricia con saco eterno. Nos damos importancias. No podremos vernos después.

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Nos ofrecemos datos que nos aspiran el amor que llevamos dentro. Reiteramos todo lo que sentimos.

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No vamos a aplicar normas que no entendamos. Las vocaciones de años atrasados nos envuelven con mantas que no abrigan.

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Nos miramos con una intención que puede hacernos daño. No veremos todo. Los hechos nos inclinan bien y mal.

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Hemos registrado los textos de unas visiones extraordinarias. Nos hemos pagado por adelantado.

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Te he visto en el nicho sin puerta. Nos acercamos a divisiones que multiplican los problemas y las soluciones.

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Nos caemos. Hemos puesto todo en su sitio. Negamos que podamos vivir de emociones terribles.

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No podemos asegurarlo todo. Nos dedicamos a concertar nuevos avisos. Reforzamos lo que somos.

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Colocamos en nuestros corazones los ideales por títulos inertes. No podemos vivir de avisos consumidos en el fuego de la pasión.

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Respondemos con claridades repetidas que se asemejan a dudas que nos acosan en los sueños.

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Nos preparamos para no ver lo que sucede. Hemos puesto el dedo en la llaga. No nos veremos.

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Reparto intenciones. Nos ponemos a vivir de cualquier modo. Nos regocijamos con fechas que no terminan de grabarse.

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Nos escudamos en los elementos que llenan de acuerdos la paz de los pechos rotos. Nos hemos pedido un poco de más tiempo.

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Cobramos por adelantado perdiendo las fechas de aquellos instantes que esperaron con reclamaciones en unos nuevos instantes de penitencias variadas.

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No te voy a impresionar. Las cosas se nos han ido de las manos. Trabajamos para ser más felices.

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No podemos contestar a todo. Decidimos que las prisiones nos encuentren con simulaciones que corten por lo sano.

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Te diré que estamos, que podemos, que afrontamos nuevos puntos de vista con sequías de amores que no podremos aplicar.

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Nos gustamos con los reforzamientos de unos períodos inusitados. Nos hemos dedicado a entendernos perdiendo lo que no tenemos.

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Se estrechan los espacios en los que nos movemos. No estaremos en el punto atrasado. Nos figuramos que podemos.

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Hemos dado con circunstancias que nos provocan vistas cansadas. Nos damos una razón mejorable.

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Hemos dirigido la mirada hacia ese cielo que nos sirvió de refugio. Lo útil queda en abierto. No podemos pagar.

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Vacunamos el vacío que incorpora lo importante con una diversidad manifiesta. No podemos dar con todo.

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Nos hemos maravillado con una reposición de géneros diversos. Nos agotamos. No contaremos lo que sentimos.

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Sellamos el paso de un equilibrio a otro. Nos hemos referido muchas cosas. No estaremos en el sitio.

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Bendecimos las raíces de un sistema que nos confunde con el paso de una etapa en la que fuimos, por unos instantes, muy felices.

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Nos buscamos con ofuscaciones que nos ponen en forma. Distraemos lo que somos, lo que podemos, lo que no tenemos.

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Hemos entendido que las cosas tienen un temor que podemos utilizar desde el análisis permanente.

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Quitamos y ponemos fuerzas que nos hacen daño y nos mutilan con barcos de penitencias entregadas.

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Nos hemos dedicado a hacer concesiones que nos hacen configurar una realidad distinta y distante.

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Nos pegamos a esa situación que nos enciende el ánimo, que registra más y mejores besos.

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No nos negaremos a entendernos. Es básico que nos tengamos. Nos aprovecharemos de las reglas que nos vienen con entendimientos variados.

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No vamos a contradecir los intereses. Nos peleamos con pétalos de rosas que buscan las aquiescencias de siglos.

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No vamos a pronunciar nombres en los que no creamos. Nos embarcamos en otra nave, que va sin rumbo fijo.

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Juzgamos las ausencias con unas novedades que sorprenden con el paso de una precariedad que se esfuma.

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Nos hemos enseñado a ser diestros en una realidad de paciencias infinitas. No podremos verlo todo.

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Nos hemos roto en pedazos que no podemos comprender. Ayudamos a otros. Hemos sido básicos.

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Nos hemos mirado con una intencionalidad que vale la pena con el valor de unas etapas ya extintas.

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Nos hemos contado que las divisas pueden funcionar con diversiones fanáticas. Nos damos entidad.

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Hemos analizado lo que tenemos y lo que no entre bastiones que ya no son defensivos. Nos consultamos más cosas.

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No vamos a dejar que se llenen de desentendimientos los corazones que pudieron ser alados. Nos damos más y más.

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Hemos aglutinado estampas de poderosas facturas que nos enseñan a tocar un fondo o dos.

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No seremos tan sagaces como pensamos o deseamos. Iremos muy deprisa. Nos dedicamos a asumir restos.

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Hemos tocado por todas partes esos instrumentos que nos embarcaron en reclamaciones variables.

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Nos damos mucha valentía. No seremos muy útiles. Los años de la fecundidad se han de repetir.