Sin destinos ciertos

Eres mi caso único, la excepción que da normas a mi placidez, que ahora te regalo. Somos la pareja ideal.

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Hacemos acopio de deseos, de lances que podemos compartir con ansias de poderes raros, creíbles, sanos.

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Compartimos armas de razones y de criterios que nos hacen experimentar que todo tiene el sentido que queramos darle.

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Hemos puesto todo el deseo en el sitio más adecuado. Sentimos que las flores se han de oler a tiempo.

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Hemos comprobado todo lo que queremos con una amistad que profundiza los aspectos más sanos.

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Tomamos el toro por los cuernos con unas fantasías que rompen las raíces del problema, que, pese a todo, no se soluciona.

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Buscamos entre proyectos que nos ponen entre intenciones que fraguan en asuntos queridos. Hemos mirado sin ver.

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Te digo quien soy y por qué. Sueño con un momento que nos insista con estelas en la mar. Te quiero.

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Predicamos con modelos medio muertos y con infusiones que nos hacen asimilar algunos aspectos muy queridos. Aplaudimos con versiones correctas.

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Los tonos indescriptibles nos incluyen en esas etapas que estiran los fines con los que nos gustaría vivir. Repetimos todo.

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Nos lastimamos en un ayuno que nos hace vivir con un poco de estilo, el suficiente para ser felices.

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Hallamos en la larga búsqueda que nos afina el ingenio con una mirada de gran verdad. Te adoro por lo que supones.

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Suplico que me hagas caso. Hemos emocionado al corazón, que ahora en ti ve a la diosa de elucubraciones pretéritas.

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Nos quedamos con lo más sano. Alegramos los trámites que son tránsitos hacia el instante más querido.

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Nos ponemos a responsabilizarnos en ese momento que es apatía con conversión reformada. Nos veremos con suficiencia.

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Me quedo en tu corazón, viendo a los dioses que tanto nos insisten con palabras de carismas remotos.

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Iremos a no tomar nota. Nos quedaremos entre sueños más que estimables. No estaremos en la suma, sino en la resta.

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Los elementos ideales nos harán compartir el dinamismo más alto. Las mitades serán la raíz, el origen del problema.

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Nos ponemos en esa atalaya que nos suplica cambios. Los momentos pasan, pero estamos seguros de que vendrán otros tan queridos, o más.

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Herimos los corazones que son máximas en una mañana de dinamismo fugaz. No podemos quedar en parte alguna.

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Tememos que las cosas se nos vayan de las manos. No podemos hacer nada. La vida tiene la trayectoria que tiene.

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Hemos aburrido a los que intentan tocar ese fondo que es apariencia con rastros que no somos capaces de seguir.

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Terminamos con afrentas que indisponen el buen camino, que pasa por doquier. No podemos aceptar algunos títulos.

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Enunciamos los pronósticos que nos hacen diferir de las negaciones. Atesoramos algunos anhelos alocados.

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Las alturas nos ponen en un instante de agotamientos responsables. No te veré. Te digo que sí.

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Los compromisos nos hacen continuar por una carretera donde pintaremos aspectos desaparecidos.

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Te insisto con consecuencias que serán bienes con estados de cuestiones más que comprometidas.

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Te quedas con concepciones preanunciadas. Nos pondremos manos a la obra. Te diré que el momento será como tú quieras.

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Podemos acometer algunas mudanzas. Nos dispondremos con las afirmaciones más estimables.

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Te incluiré en ese lugar de apetencias supuestas. Nos dedicaremos a augurar consecuencias con impresiones no calmadas.

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Nos elevaremos respeto a los objetivos que deben quedar atrás. Las palabras son lo que son, y nosotros debemos superarlas, mejorarlas. Te hago presente.

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Hemos aburrido a los corazones, que ven a los dioses más autóctonos. Nos comunicamos con vencimientos que son periódicos.

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Demandamos crecimientos que nos ponen en ese trasiego que es comunión de intereses. Nos podemos vivir en un eterno perjuicio.

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Te diriges hacia esa sensación que nos introducirá en un mundo de complejos deseos. Nos comunicaremos.

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No debemos vivir en propiedades permanentes. Debemos tener el coraje suficiente para distribuirnos sin condicionamientos.

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Iremos raudos hacia una frescura de anunciados despechos. No te pondré en un inicio de complejas caricias.

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Te ofrezco una verdad que será principio optimista. Nos dedicaremos a vivir con sinceridad.

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Te distraes con una fuente de desdichas que anunciarán los regresos a cómodas situaciones sin destinos ciertos.

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Hemos abierto la veda para cazar esa felicidad a la que tenemos derecho. Nos sentimos uno. Lo somos.