Me pregunto que hago sin ti, y me veo sin respuesta alguna. Sello una vez más mi amor desgastado.
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Me abrumo en la larga esperanza que me pone a prueba. No llego a detener mi sed, que es tuya.
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Me empecino en tocar fondo ahora que nada es lo que debería. Lamento que las cosas me turben tanto. Me rompes.
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He aspirado la luz de tu rostro mientras me pongo a temblar de puro frío. No soy yo mismo.
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Me supones con todo lo que tengo en mi corazón. Apenas te veo entre versiones de maravillas ingentes.
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Me has consentido tanto que me asombro del padecimiento en el que nos hallamos con motivaciones diseminadas.
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No te aclaro la existencia. No soy yo mismo en una escalera que muere por mí, de gritos, empañada en la memoria.
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Me has destronado por una visión que ya sé imposible del todo. No te cuento lo que podríamos ser.
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Me estimulas con tus recetas que funcionan solo entre lunas y apetencias de género callado.
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No te puedo referir lo que llevo en mi corazón. Todo te pertenece. Toma cuanto quieras. Me pongo a llorar.
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Me ofusco en la larga cambiada que es la vida entre sueños que no terminamos de ver. Los elementos fallan.
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Me quedo allí, aquí, allá, donde sea, y sigo con la mentira piadosa en mis labios, que sellan los deseos.
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Me informo de quien eres mientras me subo a la atalaya de un amor que es sencillez en lo profundo.
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He eliminado casi todo de un camino que pudo ser determinante. Nos negamos a entender lo que no es.
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Me he puesto en mitad de cinco batallas que pregonan a los cuatro vientos lo que no comprendemos. La vida nos conmueve.
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Hemos volcado todos los esfuerzos en mitad de una virtud que nos nutre con falsos procedimientos.
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Nos ocupamos de estar en una cuartilla que apenas describe lo que nos llevamos con fantasía pura. Igual nada es.
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Hemos reclamado una virtud que es volumen impropio. Nos hablamos de ser en la nada más negativa.
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Miramos hacia ese terreno que fue sombra con olvidos incluidos. Nos largamos con prisas que nos detienen.
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Hemos mendigado unas respuestas que nos dan unas intenciones menores. Nos resbalamos.
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No podremos ver lo que nos prometieron unos ancestros en los que confiamos con mentiras y negaciones.
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Nos tomamos ese respiro que nos hace falta para que todo mejore con la suficiencia debida.
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Nos ablandan el corazón para tomar ese castillo en el que vivimos en su día con mucha confianza. Nos enfriamos.
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Marchamos hacia esa novedad que es un espejismo en el que vemos lo que no es nuestro. Nos calmamos.
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Dormimos y vivimos casi al mismo tiempo sin que nos importen algunas cosas. Nos reímos un poco.
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Temblamos ante el lenguaje aguerrido de quienes no ven lo que merece la pena. Nos sentamos.
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Nos place que las cosas sean de otro modo un poco mejor. Nos sentimos parte del sistema. No vemos mucho más.
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Nos agudizan el ingenio con inventivas que van mucho más allá. Cada uno aprovecha el tiempo como puede.
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Nos negamos a reconocer algunas evidencias. No podemos sugerir que las cosas mejoren. Nos rompemos en mil pedazos.
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Nos procuramos un poco de más amor. No terminamos de ver lo que sucede en un mundo alocado.
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Todo cambiará cuando llegue el momento. De momento, vamos a esperar lo que haga falta.
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Me has dejado en ese desván donde me devora la soledad a la que no quiero estar acostmbrado.
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