lunes, 21 de julio de 2008

Una realidad a la fuga

Me quedo en ti, dentro de todo y de nada, con miles de sueños que podamos compartir desde otros registros.

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Mudo la piel con la que cubrí mis anhelos. Nos portamos tan bien como queremos, y sentimos que seremos más que capaces.

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Ya no vivimos la gravedad de aquellos años en los que nos molestamos por cualquier cosa. Iremos.

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Las graves imposturas nos cruzan la cara con anónimas vergüenzas de las que huimos con una festividad loca.

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No vamos a imponer un criterio que nos hará seguir como si tal cosa. No hará falta que estemos.

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Nos fortalecemos con razones que nos hagan ir de cualquier modo. Festejamos las recetas que funcionan.

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Nos hacemos operativos con resoluciones de marchas imposibles. No estaremos en otros lugares.

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Temblamos ante las ocasiones que nos perfeccionan con insistentes caricias. No estamos para ser un poco más.

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El futuro no es nuestro. Empatamos en las carencias más alocadas. Nos dedicamos a resolver torpezas.

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No me salgo del camino de ofertas queridas que nos consuelan como pueden. Nos maravillamos.

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Hemos secuenciado las razones de una caridad que nos pasa de cualquier modo. No podemos menos. Quizá tampoco podemos más.

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Vivimos la tradición en la que nos sentimos desde lo fundamental. No podremos aguantar mucho más.

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Imaginamos el fuego de una pasión que nos distraerá de cualquier modo y bajo cualquier razonamiento.

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No podemos salvarnos en este camino de soledades ganadas a pulso. Nos comentamos cosas.

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Hemos sido originales entre sustancias que podrían fundamentar los mejores criterios. Los distingos nos llevarán a los misterios.

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Nos herimos. Hemos consentido que las cosas funcionen. Nos acorralamos. Nos marcamos con fracasos amorosos.

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No somos los estúpidos de siempre. Nos alertamos. Hemos vivido entre juventudes dichosas.

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Nos ponemos ese deseo que fue multitud y sentimiento de fracaso profundo. Nos damos algo más.

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Arrancamos las flores que pudieron ilustrar las apariencias que, en nosotros, fueron engaños.

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Volvemos la vista atrás y sentimos que las cosas pueden ser más o menos lo mismo. Nos sacamos una divisa imaginada.

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No podemos contrastar todo lo que viene con merecimientos periódicos. Nos hemos dicho que sí.

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Somos los mejores mientras lo somos. Los despojos llevan el nombre del fracaso. No hace falta que protestemos.

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No debemos aceptar que las cosas lleven ese ritmo atronador que nos atrapa sin resultados positivos.

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Renunciamos a ser nosotros. Hemos mirado hacia ese lado de disposiciones negociadas. Nos veremos a lo lejos.

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Queremos saber dónde enterraremos la piedra que pudo ser angular en los siguientes planteamientos legítimos.

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Buceamos en las condiciones de unas amistades más que profundas. Negamos los momentos de las respuestas queridas.

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No vamos a seguir por esas líneas que no nos llevan por el camino más corto: no son rectas.

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Nos rodeamos de partes que buscan los aspectos más enteros. Fallecemos en vidas anónimas.

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No podemos consentir que las diferencias nos conduzcan por las apatías y las frustraciones permanentes.

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Nos indignamos por las caricias que no nos damos. Podríamos modificar los mensajes con actitudes recíprocas.

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Nos combinamos. Hemos sido los elementos menos extraños de unos conciertos de acogimientos periódicos.

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Diremos que las sentencias deben ser otras. Lo serán mientras volvemos con resoluciones estimables.

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Hemos comentado que las cosas son como son. Las heridas nos indican el itinerario de las posturas más ciertas. Vamos deprisa.

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No seremos en la nada que nos dificultará las reposiciones centradas en las señales más que esenciales.

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Te diré que todo vale de cualquier modo. Negaremos los elementos de la extrañeza permanente cuando seamos un poco más.

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Nos insistimos con reclamaciones de tolerancias escrutadas desde la observación más dirigida.

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No te voy a contar lo que me pareces ahora que te diriges en sentido opuesto a los intereses que durante mucho tiempo supimos compartir.

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No te puedo contar que las cosas sean así o de otro modo. Las diferencias nos han resuelto con marcas estimables.

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No llegaré donde deseo. La vida es como es. Nos hemos negado con evidencias practicadas al revés.

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No vamos a consolarnos con reclamaciones de impresiones recíprocas. Nos sentiremos un poco locos.

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Volveremos a pensar que las cosas son como son. Hemos tomado el control de una carencia más que demente.

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Nos dificultamos las raíces con unos miedos tocados por los frentes más endebles. Nos damos por conseguidos.

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Nos dedicamos a practicar el deseo con una receta infatigable, imposible tal vez. Nos damos un poco de pavor.

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Renunciamos a los planes de un amor hermoso que nos hizo sentir que las decisiones han de ser francas.

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Me vale lo que nos contamos en este camino de miserias compartidas en el sueño de una razón amorosa.

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Desaparecemos de esa situación en la que fuimos el éxito y el fracaso casi al mismo tiempo.

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No te voy a enumerar mis planes ahora que todo es como nos gustaría. Falta que estemos contentos.

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Vivimos de cualquier modo. Hemos amparado resoluciones de prácticas diversas. Nos veremos con mágicas fortunas.

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No te puedes quedar atrás. Soy en la voluntad más que incierta. Nos hemos escuchado con asuntos maravillosos. Nos largamos.

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Hemos buscado un fuego amigo con rescates que se harán impagables. No podremos contarlo todo.

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Vivimos casi al día. Hemos apostado por la virtud de la templanza, y moderadamente llegaremos a ella.

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Nos acordamos de quiénes fuimos en la locura de una permanencia más que desidiosa. Nos hemos acostumbrado.

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Te fugas de la base ilusionada con una carencia más que absurda. Te quiero por lo que eres.

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Te has comentado cuestiones por las que pagaré un poco tarde. Nos unimos. Hemos tocado fondo.

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Huyes de ti misma, y así no es posible que yo te encuentre. Nos respondemos con mucho amor.

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Nos respetamos con fuentes de poderes diversos. Nos hemos ahogado un poco. Los sentimientos nos rompen.

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Hemos vivido en un desierto que permanece sin prudencia. Nos apreciamos. Hemos controlado con firmeza lo que anhelamos un día y otro.

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Nos atamos con cabos que nos hunden en los criterios con los que formamos la mejor plática.

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Negamos las evidencias con unas farsas que nos retiran con más y mejores posturas. Nos veremos bien.

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No hemos dicho que sí. Las cosas son más y menos. Nos consultamos. Hemos ssubrayado que las huellas nos valdrán.

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Estamos en supuestos que son victorias con reclamaciones en cimas que nos culpan de lo que somos.

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Hemos tocado esa moral que fue incógnita de pensamientos flojos. Protestamos. Hemos divisado una razón más.

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Estamos tan fuertes como pensamos. Nos miramos a la cara sin ver lo que sucede. Nos hemos dicho que podemos.

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Hemos dificultado la moral de quienes vienen a ver lo que sucede en una localidad de espantos sin mensajes.

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Hemos asegurado los planteamientos de los que aparecen en pos de una verdad que ya no existe.

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Nos hemos comentado que las diversificaciones nos saben a miel que daremos con apósitos que no curarán.

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Ya no somos tan pacientes como al inicio. Los buenos tiempos nos quedan un poco lejos.

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Hemos divertido a quienes vienen con reglas que nos animan a vivir en un poco de paz. Nos quitamos los buenos objetivos.

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Hemos viajado hacia ese lado en el que no tuvimos medida. Nos aplicamos recuerdos que nos harán ser.

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Lo definitivo nos consiente con gustos que saben a resortes que no nos son operativos en los actos que nos tocan vivir.

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No me cuentes maravillas que nos despiertan a una nueva realidad un poco a la fuga. No coincidimos.

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