Te esfumas en un momento crucial

Surjo de esa nada que me lleva a ti, que ahora es nada también. Soñamos con estar despiertos y con volver a ser lo que fuimos.

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Te dedico mi vida entera mientras pienso en lo que podemos compartir. Estamos listos para ser lo que tanto hemos soñado.

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Vertemos esa agua sanadora que propone volver al inicio de otra era que fue como nosotros mismos.

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Te enfrentas a un presente que es futuro, a un futuro que es lo mismo que fue. La vida nada en varias abundancias.

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Te prefiero como eres, como puedes, como será. La coexistencia es una enseñanza que previene de cualquier fracaso. Depende de nosotros.

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Buscamos en una etapa que es nueva como la vida misma. Suspendo muchas actividades para centrarme en lo que vale la pena.

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Te he buscado durante mucho tiempo; y es ahora mismo cuando logro verte. Lamento no haber tenido prisa.

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Te escondes en un pasado que alimenta todo cuanto tiene un poco de sentido. La existencia fluctúa.

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Te manejas con un lenguaje de derrotas que anticipa lo que vamos a ver. Nos divertiremos. Las cosas son como son.

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No estamos en ese lugar donde podríamos aprender a compartir, a ser solidarios. No vendemos mucho.

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Te prevengo para que no fracases ahora que te enfrentas a los sueños más molestos. Siento no tenerte como antes.

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Te vas a esa nada que ahora es todo, y pides, y das, y regresas a ti misma para descubrir dónde estás.

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Los lamentos nos conducen por escuelas y vericuetos de mansedumbres sinceras. Nos tenemos para lo que haga falta.

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Vuelvo a ti con una fuerza que despedaza todo cuanto dicen que tiene un cierto sentido. Me vuelvo con todo el equipaje.

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Derribo las cautelas en un momento de trances temperamentales. No te vuelvo a ver con las mismas ganas.

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Me quedo en tu corazón durante un tiempo prudencial. No seré el mismo por mucho que te esfuerces en ello. Hemos visto demasiado.

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Te expones a criterios de demora excesiva y solicitas de ti misma un poco de pudor y de prudencia. No hace falta que te detengas ahora que todo va bastante mejor.

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Te escondes en un momento sincero de presencias consentidas. No te pondré fecha para volver a ti misma. Me repito porque es importante, porque lo eres.

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No te exprimas demasiado. Lo que hace falta es que sigas con una fuerza interior que acabe con lo terrible.

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Te has puesto en ese desván donde todo tiene un sentimiento que es conversión en un terrible acto que nos conformará como personas.

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Te tengo que decir que estamos listos para cualquier combate. Te soy fiel en todo, incluso en las convicciones.

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No aceptaré un lenguaje que nos separa, que nos define con inversiones de paciencias infinitas.

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Me pongo a trabajar en todo lo que tiene un lamento como sentido hacia dónde queremos ir. No pararemos.

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Te propones estar a la diestra de un personaje venido a menos. Nos consultaremos con una voluntad más que manifiesta.

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Estamos listos para cualquier lid que nos aparte de las miserias que nos rodean. Los sentimientos han de estar por encima de cualquier combate sin resultados.

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Te has escudado en un divertimento que nos ha de proponer una vicisitud más que querida.

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Te demoras en lo que haces, en lo que supones, en unas súplicas que nos alimentan el ego, que queda un tanto atrás.

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No puedo mucho. La vida es lo que es. Los elementos nos hacen sentir que todo es lo suficientemente extraño.

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Te escribo para manifestarte que todo es como lo vemos, al menos en ciertas teorías y prácticas que confluyen para hacer la vida más relativa.

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Te has quedado un poco atrás con unas fantasías que podrías hacer realidad en cuanto quieras.

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Sugiero que no te vayas hacia esa nada que te inunda el corazón. Debes poder ver lo que tiene sentido a tu alrededor.

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Surges de un océano de soledades y te pones en una nueva apuesta que ridiculiza lo anterior. Estaremos.

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Te has escudado en una visión que previene de cambios supletorios y sangrantes. Me vuelvo hacia ti.

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No te hago caso en una nueva vuelta de tuerca que elimina los pasos que hemos de realizar hasta el final.

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Te colocas ante lo urgente y dejas atrás lo más importante. No dejaremos que las cosas nos eliminen de la faz de una tierra que nos ha visto crecer.

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Te has consentido una serie de apartamientos que ahora te envían tan lejos que apenas tendremos tiempo de vernos.

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Sugiero grietas en el desierto. Hemos de pagar por adelantado. Lo siento mucho. La vida nos propone mudanzas.

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No terminamos de hablar. Las cosas nos oprimen cuando las vivimos desde la obsesión. Las hemos de dejar andar.

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Te cuelas por lugares sombríos donde no encuentras las razones que te contaron. Lo siento de veras.

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Te prometes a ti misma una mejoría que luego empeoras con un doble juego que sangra. No soy yo quien debe decirte esto.

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Te esfumas en el momento crucial, mientras yo sueño con un susurro que ya es de otro. Las cosas no son así.