martes, 22 de julio de 2008

Tu causa, la mía

Te propongo ser parte de un proyecto que nos indicará el camino hacia un cielo de bondades. Te sugiero la vuelta a un principio donde nos convenceremos de las consecuencias de una “prima” en cualquier concurso. Te regalo mis deseos, que haremos realidad en cuanto tú quieras. Dono mis enseres principales para tu causa, que haré motivo mío sin ningún género de dudas. Te avanzo mi entrega total a una postura que nos resumirá los elementos cruciales de una relación que se basa y que se fundamentará en lo sencillo, en la verdad, en decir y hacer lo que pensamos, siempre en beneficio mutuo. Reclamo mi derecho a ser feliz contigo.

No hay comentarios: