domingo, 20 de julio de 2008

A tu paso

Llamo, aguardo, miro, te contemplo, adivino que eres la Luz largamente buscada, y sueño con una versión que nos libere de todo mal. Será así: seguro, me digo, rezo por ello. La vida se alarga por tu bendición perpetua. Allanas la vereda que me otorgará el premio de la felicidad. Tenemos derecho a ella, a vivir mejor, a abandonar la sinrazón. Eres mi sortilegio, mi protección, mi adelanto ante las marchas que dejan rienda suelta al pensamiento privilegiado, que se centra en ti. Te sigo a tu paso.

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