viernes, 4 de julio de 2008
Una llegada gozosa
Te he esperado largo tiempo, y te tengo, y me tienes. He soñado con abrazarte, y te abrazo, y me abrazas. He pensado en mil sugerentes formas de besarte, y te he besado, y tú a mí también. He aspirado a tus ojos, a tus miradas cómplices, y ahora las tengo, como tienes las mías. He comprendido que la felicidad vendría de tu mano, y ha venido, porque estás tú. He supuesto que todo era posible, y lo es, amor mío, ahora que has llegado al hogar. He imaginado tantas veces que estaríamos juntos que ahora confundo la realidad, que me trae tanta distracción y placidez. He meditado sobre los puntos de una gravedad que se apoya en adelante en ti. Tengo toda la música del mundo en este fondo de experiencias que son inabarcables. Me das todo el humor que necesito: eres fuente de felicidad con sabor a chocolate. Has iluminado el cielo con un azul más brillante e intenso: todo en ti es provocadora dicha de vibraciones intensas. Me esfuerzo por tenerte, por serte, por darte, por exponerte todo lo que pienso, que es mucho, que es todo, que será sin dudas de ningún género. Has llegado a casa, y, desde ese primer instante, el “Sol” brilla dentro.
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